Funcionario durante más de 30 años en las oficinas de la Dirección General de Registros de Paysandú, Fernando Daniel Enciso López, un reconocido murguista sanducero, el pasado mes se acogió a los beneficios jubilatorios. Acerca de la nueva etapa que inició en su vida, pero también realizando una mirada hacia atrás sobre el largo camino recorrido, mantuvo una amena charla con Pasividades.
Se trata de “una nueva etapa que hay que enfrentar. Después de tantos años cómo llega ese momento, que uno decía ‘está lejos’; llega ese día que uno debe darle el lugar a otros”, reflexionó.
“Acá en el Registro trabajé mas o menos unos 30, 32 años, vengo de AFE donde estuve 7 años”, recordó nuestro amable entrevistado, no disimulando una cierta nostalgia por dejar atrás su ámbito de trabajo, reconociendo que va a extrañar tanto al público como a sus compañeros.
“Lo que pasa que acá como yo atiendo al público, me he hecho amigo de todo el mundo, nos vemos en la calle y nos saludamos”, contó, recordando que hace unas tres décadas “cuando yo entré éramos 14 en esta oficina, pero con esto que se van jubilando quedamos 2 de aquel tiempo; ahora ingresaron 3 personas desde la Intendencia, pero de aquel tiempo quedamos 2”.
DE FAMILIA FERROVIARIA
“Nací en Paysandú el 2 de abril de 1961, concurrí a la Escuela 6 y a la Escuela 4, mis padres se llamaban Irma López y Urbano Enciso, y tengo un hermano que vive en Montevideo, es profesor de gimnasia y trabaja en yeso. Mi madre era ama de casa y mi padre toda la vida fue ferroviario, y al igual que yo amaba el ferrocarril. Toda la familia Enciso fue ferroviaria”, contó.
“Fui al viejo liceo piloto y después ya ingresé a AFE”, comentó el entrevistado, recordando de aquella época “la cantidad de gente que éramos. Sólo en mi sección, Remesa, éramos 45, que era donde se aprendía a manejar las máquinas, a prender las calderas, primero eran a leña, después a fueloil. Entrábamos a las 6 de la mañana, y el turno de la noche era el que prendía las máquinas a vapor y a las 6 menos veinte se escuchaba el sonido del pito que avisaba que era hora de entrar a trabajar”.
“Dentro de la Remesa manejé una máquina a vapor negra, porque había vías largas y dábamos una vueltita”, comentó, asegurando que fueron “hermosos tiempos”.
RECONOCIDO MURGUISTA
Fernando Enciso es además un reconocido murguista con una amplia trayectoria en el carnaval sanducero. Precisamente, acerca de su faceta artística, recordó que se inició “en el 83, porque éramos de ir al Comité de Base del Frente Amplio, había una murga y ahí empecé. Después seguí en la vieja murga Guarda el Pomo donde estuve 5 o 6 años, luego integré La Democracia. Después, Antifaces, grupo con el que concurrimos a concursar 3 años a Montevideo. También formé parte de Jardín del Pueblo que fue cuando tuve más éxito con la murga; ganamos por todos lados. Después con Parodistas Sinvergüenzas otra vez fuimos a Montevideo”.
“Este año fue el último que salí en una murga, La Clandestina, porque me operé un pie y ya no puedo bailar sobre el escenario”, dijo al sintetizar brevemente lo que fue su pasaje por el carnaval sanducero, quedándose con “lo mucho que disfruté”. A propósito de su actuación este año, además de comentar con satisfacción que “salimos segundos en el concurso en Paysandú”, también destacó la oportunidad de viajar a competir con el grupo a Salto donde viven dos de sus nietos y la felicidad de que ellos pudieran verlo sobre el escenario, quedando nítido en su retina el recuerdo de “cómo bailaba” uno de ellos, que por otra parte, nunca había visto a su abuelo actuar.
“La pasé bien porque son etapas quemadas”, aseguró el murguista, a quien lo que el carnaval le dejó “es la gente que uno conoce y, más allá de la competición, lo tomo como una diversión, un entretenimiento”.
“Me gusta mucho cantar”, reconoce este artista sanducero que también se ha presentado en boliches de la ciudad, cantando tangos y boleros.
AHORA, DISFRUTAR ESAS PEQUEÑAS COSAS
Fernando Enciso se casó con Mónica Retamoza y formó una hermosa familia. “Tengo 3 hijos, 2 mujeres de 39 y 38, y un hijo del corazón que tiene 23, y 4 nietos, dos viven en Salto, Valentín y Vicente, y dos acá, Gonzalo y Luciano”, dijo orgulloso.
“Yo me siento bárbaro”, aseguró, a la vez de reconocer que “aún no tengo decidido qué hacer. Ahora primero quedarme en casa, disfrutar de eso. A mí me gustan mucho las plantas, me gustan las flores, capaz me dedicaría a eso, ir a pescar, disfrutar la estufa y esas pequeñas cosas que van llenando la vida”.
“Considero que me faltan aún cosas por hacer”, entendió este novel jubilado. “Soy feliz cuando la gente viene y me saluda; que haya sido una buena persona es fundamental. A mí me encanta saberme querido y lo siento acá con los usuarios cuando vienen, me saludan y me dicen ‘un gusto conocerte’, disfruto esas pequeñas cosas, que son grandes cosas”, aseguró quien se siente realizado cuando “le puedo dar una mano a alguien”.
Sea cual sea la actividad en la que emplee su tiempo a partir de ahora, seguramente lo hará con la misma dedicación con la que supo desempeñarse, durante todos estos años, en esta dependencia del Ministerio de Educación y Cultura, según lo reconocen sus propios compañeros de trabajo, quienes aseguraron, se trata de “una querida persona en el ámbito notarial y por nosotros”.
→ Leer más