
Lic. Ps. Yasmín Buono: Cómo tratar con gente difícil
La Harvard Business Review implementa bajo este nombre una serie de textos sobre cómo manejarnos en la vida laboral y personal cuando estamos en contacto con gente que nos resulta difícil de tratar. A varios lectores imagino que les habrá sucedido o les seguirá sucediendo el hecho de no saber cómo tratar a determinadas personas, qué decir, qué hacer.
Marc Gerzon nos sugiere que antes de abordar un conflicto nos preguntemos si está frío, tibio o caliente.
Con esto quiere decir que el conflicto caliente se caracteriza por lo visceral, una de las personas puede estar levantando la voz, gritando, exhibir agresividad, mostrarse descontrolado. Un conflicto frío se caracteriza por la indiferencia de una o más de las partes enfrentadas que parecen hasta reprimir sus emociones y manifiestan conductas como estar físicamente retraído y controlado, murmurar, apartarse, o comunicarse en un tono pasivo agresivo. Esto desencadena emociones que se callan o preocupaciones que no terminan de resolverse donde la persona se aleja y aparta de la situación.
Frente a estos dos casos es mejor estar en un conflicto “tibio” estar calmos, abiertos a la discusión sin habernos inflamado con hostilidad y considerar el momento oportuno para expresar lo que sucede de una manera adecuada tendiendo puentes entre las partes fortaleciendo la confianza.
Resolución del conflicto
Para resolver conflictos hace falta tiempo, práctica y reflexión. No apurarse en tratar de resolver lo que muchas veces necesita horas o días de espera para considerar la emocionalidad de las partes y la adecuada reflexión como dije anteriormente.
Sumado a eso es importante centrarnos en los objetivos sin distracciones: ¿qué es lo verdaderamente importante en todo este asunto? Considerar diferentes opciones antes de actuar teniendo en cuenta que se puede correr el riesgo de hacer o decir algo de lo que luego arrepentirse.
Es importante además no considerar ningún tipo de insulto o acusación sin fundamento, recordar centrarnos en el problema, no en las personas ya que las palabras pueden herir y muchas veces no hay vuelta atrás.
Lo dicho, dicho está
Estar atentos a la arrogancia, poder tener una visión amplia para poder aprender y no querer tener razón como el único objetivo el cual muchas veces nos aparta de lo que el otro sí tiene para aportar en la solución. Escuchar siempre y responder de forma selectiva, esto significa ir hacia lo más determinante y lo que es necesario priorizar para poder resolver el asunto.
No apresurar el sacar conclusiones sin haber tenido en cuenta los puntos antes mencionados, la información amplia de la situación en lo posible con todos sus matices. Considerar la historia del problema, el presente y hacia dónde queremos ir.
Plantéate además poder consultar con un tercero, alguien ajeno a la situación que pueda aportar información. Si con todos estos puntos el conflicto sigue caliente acuérdate de retomar el tema cuando se hayan enfriado las cosas.
Autocontrol
Pedir: podemos dejarlo para otro momento donde ambos estemos más calmados, es una propuesta pensando en la solución más que en el conflicto. Respeta el principio esencial “no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hagan”. Actuar desde la parte más compasiva, educada y sabia de cada uno.
Los conflictos son una parte de la vida y desde qué lugar nos paramos frente a eso va a determinar nuestro liderazgo en la resolución de problemas.
Reaccionar menos y reflexionar más forman parte de una vida más equilibrada y consciente hacia lo que realmente deseamos obtener con los demás y sobre todas las cosas con nosotros mismos. (097352937) → Leer más