La Asociación de Diabéticos de Paysandú (Adisan) surgió a raíz del trabajo que Gladys Bertullo realizaba como podóloga, donde pacientes diabéticos manifestaron la inquietud de conformar una asociación para brindar información, además de obtener productos alimenticios a un menor costo. Desde el comienzo de la pandemia y debido a su integración por personas mayores, además de problemas de salud de su impulsora, en Adisan no se han reactivado las actividades.
Este año contarán con el apoyo de integrantes de la asociación Ayúdame a Crecer que ayer lunes repartieron folletos en la plaza Constitución.
“Este año, la red de asociaciones de diabéticos del Interior nos envió materiales para hablar con las personas sobre la importancia de tener una asociación en Paysandú. En Adisan teníamos un lugar donde atendía una podóloga y una nutricionista que brindaba información a los pacientes sobre alimentación saludable. Ahora nos encontramos en un impasse, pero desearía que se acercara mucha gente porque ya tenemos el local y necesitamos personas jóvenes que se puedan mover”, señaló Bertullo a EL TELEGRAFO.
Explicó que “un diabético bien informado nuca tendrá problemas, porque sabe lo que tiene que comer. Antiguamente se decía que su menú era limitado, pero hoy se sabe que puede combinar la comida. Por ejemplo, si come pastas, que no coma pan. Esas son cuestiones que se van superando”.
En cuanto a la población afectada, reflexionó que “hay muchos más hombres amputados que mujeres porque se cuidan menos y esta es una enfermedad muy silenciosa. Las amputaciones, en general, se deben a la falta de controles y cuando empiezan a atenderse, ya no hay tiempo. Comienza por el pie, porque allí hay problemas circulatorios a diferencia de las manos”.
Bertullo explicó que no es necesario el ejercicio extenuante. “A veces alcanza con dar dos vueltas a la manzana que son ocho cuadras y después de una semana, empezar a aumentar las caminatas”. En su experiencia como podóloga, “me llevó a estar en contacto con los médicos porque a ellos se deben derivar los casos complicados. En Uruguay, a diferencia de otros países, los podólogos no podemos hacer intervenciones sino orientar en la atención. Pero la labor del podólogo es importantísima porque un paciente a menudo no sabe que es diabético. Y si lo sabe, la persona se atiende los pies por sí misma y un corte, puede ser el comienzo de un proceso infeccioso que lleva a otras complicaciones”.
La profesional destacó que el Técnico Podólogo es un título universitario, con tres años de cursos para comenzar a ejercer. “El curso de Pedicuro se hace en UTU, que creo son dos años y tiene que dar un examen final frente a Salud Pública, porque es muy peligroso atender a una persona sin conocimientos. Y otra cosa es la estética del pie, que no estoy en contra de que se ejerza, pero no sin conocimiento técnico”.
Bertullo insiste en que “los podólogos deben integrar los equipos de salud porque tienen que enseñar el cuidado e higiene del pie. Tiene que ser un lavado adecuado y corte de uñas, pero es fundamental el secado porque la humedad entre los dedos puede llegar a abrir la piel y transformarse en un foco de infección. Además, hay que recordar que el diabético pierde la sensibilidad y a veces no siente cuando se lastima”.