Celiaquía, una enfermedad en la que sonclaves diagnóstico precoz y dieta adecuada

La alimentación es “fundamental” en la celiaquía, pues es “donde empieza el problema”, pero además es lo que permite, con una dieta adecuada, “llevar una vida normal”, explicó la integrante del Grupo de Celíacos de Paysandú, Fabiana Moreira.
“La ciencia ha avanzado muchísimo” en este tema; no obstante, “todavía llegar al diagnóstico es complicado porque los estudios muchas veces no son certeros”, observó. “Hay estadios intermedios en la celiaquía”, puntualizó, explicando que hay personas a las que el gluten les hace mal, pero sin embargo “no son celíacas, pero tienen esa sensibilidad y la ciencia no sabe por qué”. Una persona es celíaca, “cuando su intestino está dañado. Ese es el parámetro que se tiene en cuenta, y hay distintos estudios que se hacen para llegar a esa conclusión”, indicó.

 

CONSECUENCIAS EXTRADIGESTIVAS

 

“Es importante tener en cuenta que la celiaquía no es solamente una enfermedad que tiene consecuencias digestivas, tiene muchas otras”, subrayó Moreira. Incluso, “ya se sabe que son más los síntomas y las consecuencias extradigestivas. Por ejemplo el Neurogluten”, que sucede cuando “el gluten traspasa la barrera intestinal, ingresa al torrente sanguíneo y de ahí al cerebro, pudiendo causar desde una esclerosis múltiple, epilepsia, ataxias, migrañas, cantidad de enfermedades que en principio no se relacionan con el gluten, pero que sí son consecuencia directa del mismo”, citó.

 

ESTUDIO GENÉTICO

 

Como sucede en otro tipo de patologías, su diagnóstico oportuno es clave. En este sentido, la entrevistada sostuvo que “lamentablemente en Uruguay estamos muy atrasados”, pero “el procedimiento correcto” y que es lo “que hacen en Estados Unidos, en Europa –países como Italia, España que están muy avanzados en el tema–, es comenzar primero por un estudio genético para determinar si la persona tiene la genética celíaca. El 30% de la población mundial tiene genética positiva, lo que no quiere decir que sean celíacos”, pero sí que en algún momento de su vida esta enfermedad pueda manifestarse.
En realidad, “no se sabe por qué despierta” la enfermedad, señaló. “Puede ser por temas emocionales, por otras enfermedades que coadyuvan para que aparezca, pero no hay todavía una explicación al respecto. Hay personas que se les manifiesta a los 3 años de edad y hay personas que se les manifiesta con 60, 70 u 80 años; quizás la tuvo toda la vida y no la habían diagnosticado o de repente se le presenta en ese momento que comienza a notar cambios”, como puede pasar en “la menopausia, un embarazo, distintos factores y, en otros casos, sólo te empiezas a sentir mal de repente”, sostuvo.
En su visión, para el diagnóstico de esta enfermedad “tenemos que empezar por el examen genético”, insistió, agregando que en Paysandú se puede hacer este estudio en un laboratorio privado, ante la sola solicitud del paciente en forma particular. “En los países desarrollados se empieza por eso”, en cambio en nuestro país primero hacen el estudio de sangre “que en el 95% de los casos te da negativo”, como sucedía con el test rápido o de antígenos del Covid, comparó. Por ello, “lo ideal es que empieces por el genético, que es un exudado común y corriente y ahí vas a saber si tenés la genética”. Luego, en caso de resultar positivo, “pasas al estudio de sangre, que si te da positivo” ya se llega al diagnóstico, “pero si te da negativo y seguís con los síntomas, podés hacer una endoscopía, una biopsia, y ahí ven en el intestino delgado cómo están las vellosidades. En un intestino delgado normal tenés las paredes como un cepillo de dientes nuevo, con las cerdas impecables, eso hace que se absorban los nutrientes y opere de barrera para que no pase el gluten, lo malo, al torrente sanguíneo. Pero cuando tenés las paredes del intestino barridas, los nutrientes no pasan, tenés problemas de calcio, te falta el magnesio”, con los consecuentes problemas que ello ocasiona en la salud, refirió.
“Ahí es donde radica lo fundamental de la alimentación, porque al comenzar la dieta, si bien no te vas a curar, la vas a poder tratar. Teniendo normalizada la dieta, logras que esas vellosidades se regeneren” y, en consecuencia, el organismo reciba los nutrientes que necesita, “y realizar una vida normal”, significó.
Atenta al impacto de esta enfermedad en la salud y bienestar general de una persona, “es muy importante” encontrar el diagnóstico “cuanto más joven, porque menos daño se le hace al organismo”, enfatizó.
“Es muy cruel que en el Uruguay hay muy pocos diagnósticos. Hay gente que vive padeciendo problemas de salud, que los podrían solucionar simplemente con hacer la dieta”, observó.

 

CONTAMINACIÓN CRUZADA Y NECESIDAD DE HABILITACIÓN

 

“El principal enemigo de la celiaquía es la contaminación cruzada”, destacó Moreira, entendiendo que “si el Estado se involucra en colaborar, en ayudar a las empresas, para que eviten y eliminen la contaminación cruzada, podríamos consumir muchísimos más productos”. Mencionó, por ejemplo, “en la harina de maíz para la polenta, tenemos un par de marcas aptas cuando en realidad podríamos consumirlas todas, si esas empresas tuvieran la facilidad y no fuera tan engorroso hacer un trámite para tener esa habilitación”, apuntó. La legislación ya existe, pero “faltan los decretos reglamentarios para poder aplicar y que ya sea el MSP (Ministerio de Salud Pública), LATU o el que fuera, autorice a las empresas a colocar una leyenda que diga ‘sin gluten’”. Insistió que “si el Estado colaborara con esas empresas, no sólo facilitando y desburocratizando el trámite para lograr esas habilitaciones, sino también incentivándolo con alguna exoneración impositiva, las empresas estoy segura que estarían deseosas de hacerlo” .
Precisamente, según dijo Moreira, muchas empresas han manifestado “que lo han intentado y aducen que es tan burocrático y es tan caro”, que finalmente desisten. Además, “colocar el logo también es caro”, agregó. De modo, que “estaría bueno que la ley que hay se reglamentara y que la institución pública, que corresponda, fuera la que se encargara de autorizar, colocar la leyenda ‘sin gluten’, como sucede en Argentina, donde muchísimos productos tienen el logo”, consideró.