Bolivia presenta la edición facsimilar de un diccionario indígena que es Memoria del Mundo

(EFE)
Una edición facsimilar del diccionario de la lengua indígena moxa publicado por el jesuita español Pedro Marbán a comienzos del siglo XVIII fue presentada en Bolivia para facilitar el estudio de ese idioma y cultura sin dañar la publicación original, certificada como “Memoria del Mundo” en 2023.

“Arte Vocabulario Cathecismo Menor y Mayor de la Lengua Moxa” es el título del libro escrito por Marbán (Tiedra, 1647).

Está custodiado en el área de Bienes Documentales del Museo Nacional de Etnografía y Folclore (Musef) en La Paz. Elvira Espejo, directora de la institución, explicó a EFE la iniciativa de transcribir el documento.
Al tratarse de una publicación de más de 300 años, “por su fragilidad no puede salir” del museo y se la debe preservar, pero se pensó en hacer la transcripción “para quienes realmente quieren conocer el contenido” y estudiar en profundidad sobre la lengua y la cultura moxa, señaló.

“Lo interesante es conocer también estas terminologías de aquellas épocas de hace 300 años y que los jóvenes tengan la posibilidad de leer, aprender y también practicarlo si es posible”, comentó Espejo.

Diccionario: de archivos a comunidades

El antropólogo y museólogo Milton Eyzaguirre, jefe de la Unidad de Extensión del Musef, explicó a EFE que hace dos años el museo logró que el documento sea reconocido como “Memoria del Mundo” por la Unesco, una certificación que se recibió oficialmente en 2023.

“Y, claro, podríamos dejar el documento en el archivo y no visibilizarlo más, pero nuestro objetivo es que llegue a las poblaciones de diferentes lugares, de tierras bajas, de tierras altas”, indicó.
Las tierras altas son la zona andina y las tierras bajas son las regiones de la Amazonia, el oriente y el chaco bolivianos.

Marbán y el libro

Marbán llegó a la llanura de Moxos en 1675, hoy en el departamento de Beni, Bolivia. Completó el diccionario en 1701.
Eyzaguirre indicó que el jesuita mencionó cinco lenguas principales; la más crucial, conocida ahora como moxeño, antes era morocosí.

“Hubo una serie de elementos vinculados con el proceso de asentamiento, formar y fundar diferentes reducciones en varias zonas de la región como Loreto o San Ignacio y en todo ese contexto es que logró consolidar el documento que tiene aproximadamente 860 páginas”, precisó. El texto tiene cuatro partes, la primera es una introducción del manejo de la lengua moxa, la segunda y tercera son las traducciones del castellano al moxeño y viceversa y la cuarta es “el catecismo mayor y el catecismo menor, obviamente aplicando todos estos elementos de la lengua para la cristianización de la gente en tierras bajas”, señaló.

Para Eyzaguirre, fue “fundamental” que el jesuita lograse “sistematizar todo el manejo de esta lengua” en sus 26 años de permanencia en Moxos.

Relevancia del facsímil en un diccionario

Se calcula que actualmente hay unos 50.000 hablantes de la lengua moxa en Bolivia, principalmente en Beni y en la región central de Cochabamba.
El experto explicó que algunas personas del municipio beniano de San Ignacio de Moxos reconocieron algunas palabras halladas en el texto y otras “las adscribían más bien a la lengua trinitaria”.

“Es decir, hay como un proceso de desuso de la lengua como tal lamentablemente, porque estamos en un proceso de homogenización del conocimiento y el manejo del español se está asentando con mucha fuerza”, comentó.
La edición facsimilar busca recuperar términos, pensamiento y cosmovisión de la cultura moxa, según se destacó.

El rescate del conocimiento ancestral

Según Eyzaguirre, será clave recuperar el significado del agua en la lengua moxa, con unos 200 usos. Esto es crucial porque la región moxeña enfrenta inundaciones en el primer trimestre y tenía saberes hidráulicos.
“Este conocimiento que tenían los anteriores moxeños está albergado en parte del documento de Marbán, que nos hace referencia a estos contextos y podemos, a partir de éstos, comenzar a generar reconstrucciones”, indicó.
La transcripción del libro tomó un año y está impresa en dos tomos “para facilitar la lectura”, gracias al apoyo de la Embajada Suiza en Bolivia.