Las micro, pequeñas y medianas empresas constituyen el 99% de las empresas uruguayas y son fuente de empleo y un importante motor de la economía nacional.
Se trata de un sector que a lo largo del tiempo ha reclamado en forma sostenida la existencia de políticas públicas e instrumentos de apoyo para mejorar su eficiencia y competitividad y que en los últimos años ha comenzado a contar en forma permanente con programas e instituciones de apoyo específicas.
Recientemente, el subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Minería y ministro interino, Walter Verri, definió a las micro, pequeñas y medianas empresas como un “motor de desarrollo inclusivo y sostenible” de Uruguay y la región.
En este sentido, recordó que en Uruguay, el 99% de las empresas son mipymes, pero, no obstante, “solo impactan en el PBI en un tercio” y tienen una muy baja participación en el sector exportador.
No obstante, su participación en la generación de empleo es fundamental ya que generan dos tercios de las fuentes laborales del país.
Por otra parte, en algunos sectores específicos como la industria y los servicios son también fundamentales. En este sentido, conforman el 98% de la industria nacional, mientras que emplean al 58% de los trabajadores de este sector. “Para la industria, las pyme son clave”, sostuvo tiempo atrás el ministro de Industria, Energía y Minería, Paganini al señalar que a su vez, conforman “un entramado de relaciones de cadenas de valor, de clusters, de relaciones con otras industrias”.
Esta semana, con la coordinación general del Ministerio de Industria, Energía y Minería, se desarrollaron en Montevideo dos jornadas de trabajo en las que se trabajó en la definición del Índice de Políticas Públicas para Mipymes de América Latina y el Caribe (IPPALC), una herramienta impulsada por la Secretaría Permanente del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.
El Índice de Políticas Públicas para Mipymes de América Latina y el Caribe (IPPALC) es aplicado desde 2006 por la OCDE en la medición del desarrollo de políticas e instrumentos de apoyo para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), como motor de un crecimiento más inclusivo y sostenible en economías emergentes. Se construye con base en un extenso e intenso proceso de consultas entre actores públicos, privados e internacionales, y cubre aspectos fundamentales para el desarrollo empresarial.
Es una herramienta utilizada en diferentes regiones del mundo y que ha sido valorada como de gran utilidad para la realización de un diagnóstico más específico de los retos a los que se enfrentan las mipymes en nuestra región.
En este sentido, hay que tener en cuenta que el diseño y aplicación a nivel regional se basa en la adopción de prioridades y criterios comunes, que se enmarcan dentro de un plan estratégico para impulsar el desarrollo de las mipymes de los países participantes.
Al respecto, el ministro interino destacó que el referido índice mide “temas trascendentes para el desarrollo de nuestras pyme” y recoge aportes públicos y privados sobre las herramientas disponibles para el sector.
“Las pyme, en los más diversos sectores, no escapa a nadie que han experimentado cambios, tanto en el comportamiento del público como en las necesidades a satisfacer y en la gestión, por lo que no solo debemos acompañarlas en el proceso sino adelantarnos a ello”, afirmó.
En este sentido, señaló el rol central de la información y que contar con “la información relevante y de calidad que proviene de este índice es un insumo de gran impacto, porque nos permitirá diseñar herramientas más eficientes y adelantarnos a los cambios”.
De acuerdo a lo informado oficialmente desde Presidencia de la República, a las dimensiones relevadas en la primera edición de esta reunión regional en 2017 –que refirieron a temas como el marco institucional, el entorno operativo y la simplificación de procedimientos, el acceso al financiamiento, el servicio de desarrollo de las mipymes y las compras públicas, la innovación y la tecnología, la transformación productiva y el acceso a mercado e internacionalización de las mipymes– se agregó ahora a la agenda tratada el importante tema de la digitalización de las micro, medianas y pequeñas empresas.
Se trata de una serie de temas cruciales para las mipymes uruguayas, y en los cuales en los últimos años se han registrado avances importantes, no solo en lo que respecta al inicio de políticas públicas para el sector, que incluye tanto el financiamiento como el apoyo técnico y la innovación a través de diferentes programas e instrumentos desarrollados por ANDE, los Centros pyme, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, entre otras instituciones y “ventanillas” de apoyo al sector.
No obstante, es evidente que subsisten debilidades importantes en el sector a nivel nacional y que, además, la crisis sanitarias, social y económica generada por la pandemia afectó fuertemente a este tipo de empresas en diferentes sectores de actividad. Por este motivo, también son claves para la recuperación.
Actualmente se está comenzando a caminar hacia la transformación digital de estas empresas, un aspecto que resulta clave dado que hay atrasos en ese sentido y, por otra parte, la experiencia mundial indica que la digitalización empresarial tiene incidencia directa en la productividad y que en general va asociada a nuevas formas de producir y hacer negocios.
Este tema, que no es menor, también ha sido incluido en la Agenda Digital 2020, que integra las diferentes iniciativas prioritarias para avanzar en la transformación digital del país de forma inclusiva y sustentable, con el uso inteligente de las tecnologías.
En particular, el cuarto objetivo de la Agenda Digital 2020 –que recientemente fue actualizada– plantea “consolidar mecanismos de promoción de la economía digital, con énfasis en la creación de mayor valor agregado, e impulsar la transformación digital de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, para aumentar la productividad, el crecimiento y la innovación en los sectores productivos”.
Entre los compromisos y metas asumidos en relación a este objetivo se destaca el fortalecimiento de la oferta nacional en comercio electrónico y el diseño de una estrategia nacional para la digitalización de las pequeñas y medianas empresas. Además, se plantea alcanzar el 90% de pequeñas, medianas y grandes empresas conectadas a Internet por banda ancha, manteniendo un precio de conexión competitivo, entre otros aspectos.
Seguramente no es la única área en la que es necesario focalizar esfuerzos para avanzar. Por eso resulta auspicioso que en el contexto de la reunión de países realizada esta semana elaborar el Índice de Políticas Públicas para Mipymes de América Latina y el Caribe, el gobierno nacional haya anunciado la continuidad de apoyo a las mipymes para que pueda tener un mayor participación y efecto en el producto bruto interno (PBI) del país. Una meta deseada y necesaria. → Leer más