Importancia de saber cuándo tratar

“Si no tratamos según el período residual, ¿cuándo conviene tratar?”, se preguntan los profesionales que han realizado este trabajo, que aparece en el último número de la revista del Plan Agropecuario. Entienden qu aparece una enorme diversidad de criterios, por ejemplo: unos días más que ese período, una vez al mes, cuando son visibles las primeras garrapatas, cuando hay unas cuantas garrapatas, etcétera.
Si no se maneja algún criterio objetivo y medible, es imposible orientar un plan de acción, es decir, no sabremos cómo vamos. Lo que suele ocurrir es que cuando el ambiente es desfavorable para el parásito, las acciones parecen tener éxito, pero cuando las condiciones son favorables, parecen ser ineficaces. Enseguida viene la sospecha o confirmación de la resistencia, que complica severamente el problema.
Dcuerdo con la mayoría de los modelos climáticos, podemos presumir que el ambiente será cada vez más favorable para la garrapata en nuestra región. Este es otro motivo para realizar una planificación de manera objetiva y profesional. Para definir cuándo conviene tratar, existe la alternativa de usar animales centinelas. Esto consiste en identificar algunos animales de un lote que serán luego los que indiquen qué pasa en el campo y de acuerdo con lo observado, aplicar un criterio de tratamiento.
En el marco del proyecto INIA-FPTA 338, ejecutado por la Dilave junto con el Plan Agropecuario y con importante apoyo privado (productores, laboratorios, forestales), durante más de dos años, se evaluaron planes de control de parásitos (con énfasis en garrapata y hemoparásitos) en nueve establecimientos comerciales que realizan ganadería de cría en plantaciones forestales de Rivera.
Los resultados finales aún no están disponibles en su totalidad, ya que no ha terminado el proyecto. Sin embargo, se puede adelantar que el uso de centinelas en estos establecimientos típicos de la zona forestal del norte del país permitió controlar la garrapata usando la mitad de los tratamientos que tradicionalmente se usaban.
En los establecimientos se suelen aplicar de 9 a 15 tratamientos en el año (con extremos aún mayores); en ciertas ocasiones, se aplican tratamientos combinando dos productos a la vez, repetidos cada 15 días. Esto parece excesivo, considerando que el parásito sigue presente y complica en especial los movimientos, así como la aparición de resistencia. Esos establecimientos son criadores y su principal ingreso económico proviene de la venta de terneros que se comercializan en marzo, cuando los parásitos tienen mayor presencia.
En los dos años del proyecto, se aplicaron 12 tratamientos, es decir, en promedio, seis tratamientos al año por establecimiento, obteniendo un mejor control del parásito con respecto a la historia del predio. En varios hubo períodos de cuatro o cinco meses sin garrapatas en los centinelas y a partir del segundo año se encontró menor cantidad de garrapatas en las revisaciones mensuales en aquellos predios que se aplicó el método.

Método

Consiste en identificar 10 animales (terneras) a través de su caravana de trazabilidad y revisarlos una vez al mes. Para ello se revisan en el tubo o cepo (si hay), tocando con las manos todo el animal, especialmente aquellas zonas donde habitualmente se encuentran y prefieren las garrapatas (entrepiernas, papada, periné) y contarlas sin importar su tamaño.
Se apunta en una planilla cuántas garrapatas tiene cada animal y se define un criterio para aplicar el tratamiento a estos 10 y a todos sus compañeros. Algunos animales “juntan” muchas garrapatas y en el mismo potrero otros casi no tienen garrapatas. Por eso, es fundamental revisar siempre los mismos animales.
En términos generales, en la primavera sube a los animales la primera generación de garrapatas (y caen al suelo luego de 21 días), en verano ocurre la segunda generación y en otoño, la tercera. Cada una de estas generaciones multiplica por miles las garrapatas en el campo. La principal aplicación práctica de este conocimiento es que cada generación debe tratase con un principio activo eficaz diferente –se usa un principio por estación–. El uso de esta metodología al pie de la letra permite minimizar paulatinamente la población de garrapatas en las pasturas.
Desde diciembre a febrero se aplica el tratamiento si se encuentran más de cuatro centinelas parasitados con un promedio de dos garrapatas. Desde marzo a junio, se trata cuando hay más de cuatro centinelas con más de cuatro garrapatas en promedio. Este criterio de aplicación se debe definir de acuerdo con muchas variables y se ajusta en cada predio, según los objetivos y resultados esperados y obtenidos. Para tener un nivel más bajo de parasitosis, se aplica un nivel o umbral más bajo para indicar el tratamiento (por ejemplo: dos garrapatas en cuatro animales, en lugar de cuatro garrapatas en cuatro animales).