El silencio de Messi

Acabó el partido y Lionel Messi agachó la cabeza. Con la mirada perdida, dirigió la vista al suelo y luego a la tribuna. Observó de reojo el marcador y se dio cuenta de que era verdad: Argentina acababa de ser eliminada del Mundial ante Francia. Sin ser capaz de articular palabra, se quedó en silencio hasta dejar Rusia ayer. El jugador ya se encuentra en España con su familia.
Para un deportista acostumbrado a que su fútbol hable por él, en este torneo Messi se quedó mudo. Sus compañeros fueron a consolarle. Sus rivales también. Javier Mascherano dejó la selección y señaló a la Pulga como el único indispensable de un grupo que no cumplió con las expectativas. “La vida sigue, se han ido muchísimos jugadores importantes. El único imprescindible es Messi, los demás somos todos prescindibles”, comentó a la vez que anunciaba su adiós a la selección.
Pero ningún abrazo ni ningún halago pudieron hacer sentir mejor a un jugador que, ayer, dejó la concentración albiceleste en solitario. El atacante del Barcelona regresó de Kazán a Bronnitsy, en el sureste de Moscú, y se marchó sin hacer ruido, como durante todo el campeonato.
Argentina organizó un plan al principio del evento para que sus jugadores hablaran con los medios en las conferencias de prensa por el orden del número de sus camisetas, del primero al último y vuelta. Así, comenzaron con el 1 y el 25, luego con el 2 y el 24 y así sucesivamente. Con esta fórmula y con el 10 a la espalda, Messi solo hablaría en caso de llegar muy lejos en la competición.
Esto no ocurrió y el astro argentino solo se pronunció en dos ocasiones durante todo el torneo: dio la cara tras errar un penal ante Islandia, y tuvo que dar sus impresiones en su única victoria en el campeonato, en el 2-1 ante Nigeria, al ser elegido mejor jugador del choque. Y tras caer eliminado, no abrió la boca ante los medios.