Ciclo de la garrapata se mantiene “bastante activo”

Si bien en el momento de la seca se apreció un cierto descanso con respecto a la incidencia de la garrapata en los campos de nuestro país y en especial de la región, después de abril y mayo volvieron las lluvias y retornó el problema a los campos. Hoy se mantiene “bastante activo” y se presentan “problemas de infestación importantes”, según contó a EL TELE-GRAFO el doctor Roque Almeida.
El representante de las Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) en la Comisión Nacional Honoraria de Salud Animal (Conahsa) explicó que habitualmente tenían “la tercera generación y el gran brote de garrapata en Semana Santa”. Como no hubo lluvias suficientes, “esto se corrió y volvió a hacer una eclosión importante a partir de la lluvia de fines de abril y mayo”. Acotó que “lo que esperábamos antes se trasladó. Esto determina que el ciclo se continúa manteniendo bastante activo y actualmente tenemos problemas de infestación importantes”.
Recordó que esta situación “es diferente a lo que ha sucedido en otros años, por lo que este 2018 ha sido bastante atípico, a pesar de los tratamientos estratégicos que se han venido realizando, con toda la investigación de la Dirección de Laboratorios Veterinarios (Dilave) y la campaña del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) que ha dado buenos resultados. Pero como cambia el clima, cambia también la biología y el ciclo de la garrapata se va adaptando al clima”, dijo.
Sobre la actualidad, Almeida sostuvo que “estamos en un momento en el que si bien la actividad de la garrapata disminuyó, nuevamente empieza ahora el ganado a levantar la garrapata que cayó en la última generación (abril y mayo) y contaminó el campo”.
El profesional explicó que, a pesar de no ver garrapata en el campo, se deben “empezar secuencias de tratamiento de garrapata a partir de la segunda quincena de julio. Desde ahora y hasta noviembre, deberíamos mantener un tratamiento con un principio activo. A partir de noviembre cambiar y usar otro principio para la segunda generación. A partir de febrero, otro nuevo”.
Para que el productor lo entienda más claramente, manifestó que lo ideal “sería comenzar ahora con una Ivermectina 315 de julio a noviembre; desde noviembre a febrero usar un Fipronil y a partir de febrero en adelante, un Fluaxurón o alguna mezcla con Ivermectina”. Especificó que esa es la forma de mantener “una secuencia efectiva y evita que la garrapata se vaya habituando y acostumbrando a los principios activos que tenemos disponibles”.

A tener en cuenta

Para Almeida, son varios los aspectos que determinan que continúen los problemas con garrapata en el ganado. “Si nos ponemos a pensar y razonamos, desde hace muchos años los principios activos han mejorado y son más fáciles de aplicar. Antes había que hacer los baños cada 21 días y prepararlo requería tener baños de 16.000 a 20.000 litros de agua, mantenerlos en condiciones y sin embargo se controlaba bien, con una secuencia de tratamiento cada 21 días”.
Fueron mejorando los principios activos y los productos, que incluso hoy son más fáciles de aplicar. “Como los pour on e inyectables y también más efectivos”, detalló el médico veterinario. Entonces surge la pregunta: “¿Por qué si tenemos mejores productos y más fáciles de aplicar, seguimos teniendo problemas con la garrapata? Deberíamos pensar que hay algo diferente que nosotros no hemos logrado controlar”, analizó.
Mencionó que es un error pensar que el ciclo se corte en invierno. “Si pensamos que con estas heladas, que hasta el momento han sido pocas y no muy importantes, el campo se va a limpiar de garrapatas, estamos muy equivocados”.
“Hay que pensar en un predio forestal, en el colchón de residuos vegetales que hay en el suelo, que mantiene una temperatura que hace como una incubadora. Los pajonales, campos bajos y montes naturales, además de los campos muy empastados, dejan un ambiente muy favorable y no existe posibilidad de destruir la garrapata”, explicó.

Problemas

Otro problema se aprecia especialmente en predios forestales, donde “hay que apuntar las baterías”, indicó Almeida. Son los grandes potreros y las dificultades que se tiene para juntar todo el ganado y hacer un tratamiento adecuado. Podemos tener un rodeo de 100 vacas, pero no tratamos la totalidad, porque de repente juntamos 98 y quedaron dos en el campo; esas son las que van a favorecer que el ciclo se mantenga”.
Otro problema que consideró “eterno” es el del ganado en la calle. “Hace que muchas veces se trasladen largas distancias y con garrapata en varias ocasiones, y vayan sembrando a lo largo del camino. Después, los predios linderos a ese camino van levantando garrapata y perpetuando el ciclo”, acotó.
Entiende que para comenzar a buscar soluciones, lo primero es estar bien ordenados. “Que todos los animales del predio estén bien registrados y cada vez que se realice el tratamiento sea a todo el rodeo completo. Esto es indispensable. Si no logramos eso, caemos en falta y no tendremos éxito con el tratamiento más allá del producto de calidad que tengamos o cambios de productos que hagamos”, precisó Almeida.

Preocupación en el MGAP

Más allá de la preocupación de los veterinarios y productores, la presencia de garrapata que se disparó en esta época preocupó también a los Servicios Ganaderos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). Ante esto, emitió un comunicado en el que señala que se ha registrado durante los últimos cinco años una situación “favorable para el desarrollo de la garrapata común del ganado, nuestros campos se infestaron de forma persistente, con tres generaciones de este parásito cada año”.
“A partir de 2014 y hasta el verano seco de 2018, se dieron condiciones de temperatura y humedad favorables para el crecimiento, reproducción e incluso dispersión de las garrapatas. Asimismo, como vector de la tristeza parasitaria mostró la cara más dura de esta problemática: la muerte de los animales”, agrega.
De acuerdo con la biología del parásito, solo una parte de la historia es pública, que llamamos ciclo parasitario. Este se desarrolla en el bovino, entre 20 a 23 días, pero recién a partir de los 13 días cuenta con un tamaño adecuado para detectarlo a simple vista. No obstante, se desconoce el perjuicio que implica el ciclo no parasitario de hasta un año en el campo, lo que lo mantiene enfermo, contaminado.
Ante esto, se recomienda a los productores a aplicar medidas claves para controlar garrapata y tristeza parasitaria, desarrollar con el veterinario de confianza la caracterización del predio y un plan de tratamiento generacional a medida (plan sanitario) ante los Servicios Ganaderos, vacunar contra la tristeza parasitaria si tiene antecedentes de mortandad en el establecimiento.
También se exhorta a que cuando hay sospecha fundada de resistencia, realizar las pruebas en Dilave, previa consulta con Servicios Oficiales, enviando entre 50 y 100 garrapatas gordas. Recomiendan asimismo leer las etiquetas de los productos veterinarios, para qué está indicado, dosis (cálculo de peso, regulación de instrumentos), precauciones y cumplir con los tiempos de espera (período de carencia) a faena y embarque a faena inmediata sin tratamiento. Además, se debe comunicar la presencia de parasitosis a Servicios Ganaderos.