Buenos precios de trigo y cebada son factores decisivos para el aumento del área sembrada

La siembra de los cultivos de invierno “viene muy bien y por suerte el tiempo acompañó en junio, que es la época ideal para sembrar, tanto trigo como cebada”, manifestó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Luis Simean. Para él, los buenos valores de estos cultivos fueron “factor decisivo” para el aumento del área sembrada.
El gerente de la filial Paysandú de Copagran recordó que el año pasado al momento de tomar la decisión de sembrar, “el mercado estaba muy retraído y con valores que oscilaban en U$S 150 a U$S 160 en Nueva Palmira, lo que implicaba que al productor no le quedara más de 140 dólares netos por tonelada y en esa zafra estamos hablando de valores por encima de los U$S 200, y se puede llegar a hablar de hasta U$S 250”.
En el caso de la cebada, que toma la referencia del precio del trigo en Chicago, también se da una situación similar. “El año pasado, al momento de la siembra, estábamos entre 170 y 180 dólares y este año la gente ha podido cerrar negocios por encima de los U$S 200 de precios por tonelada, puesto en planta, en este caso, en Paysandú con flete bastante menor que el trigo”.

Incremento

Es una zafra en la que se incrementó “más de un 30 a 40% el área de siembra de cebada y duplicando el área de trigo que se sembró el año pasado”. Simean atribuye este aumento a varios factores. Mencionó la necesidad económica y financiera del productor, que “después de la zafra de verano tenía la necesidad de seguir trabajando y con un horizonte más corto de la que puede ser la soja del año que viene. Había que hacer algo en invierno para generar algún ingreso a fin de año, diciembre o enero”, enfatizó.
También destacó la recuperación de precios real que se dio en la cebada, “con valores en torno a los U$S 200, especialmente en momento de la siembra, que es cuando el productor toma la decisión de que hacer”. A eso se suma la recuperación del precio del trigo: “estamos hablando en el eje de U$S 250 en Nueva Palmira, que es bastante más de lo que hubo el año pasado”.
Otro factor citado por el agrónomo es que las condiciones de siembra “se dieron. Las chacras estaban prácticamente prontas, el tiempo acompañó y el productor toma el riesgo y la decisión de siembra. La suma de estos aspectos permitieron una muy buena siembra de invierno y con una implantación prácticamente lograda”. Además, “fueron muy buenos los niveles de implantación”, dijo.

Buenas condiciones

El profesional sanducero recordó que en la presente zafra “se dieron las condiciones del tiempo para la siembra y prácticamente no llovió durante junio y se adelantó mucho, y en la zona estamos por encima del 95% del área sembrada”. Agregó que “queda alguna chacra que se puede haber retrasado por la inestabilidad del pasado fin de semana, pero en el correr de la semana se estaría culminando”.
Sostuvo que se ha sembrado todo lo que había disponible. “Se comenzó muy temprano en días de mayo, donde el tiempo lo permitió, con algunas variedades de cebada y con trigos de ciclo más largos e intermedios”. Y aclaró que “algunas variedades doble propósito que había en la cooperativa la gente la tomó como opción”.
A medida que avanzaba el tiempo y nos acercábamos a julio, “se empezó a trabajar sobre variedades de ciclo más corto. Sucedió que se terminó la disponibilidad de semillas, especialmente de trigo y se sembró todo lo que había”, explica Simean. En cebada, se utilizó “todo lo que asignó maltería, porque en este caso depende de la asignación de área y variedades que realiza, de acuerdo con sus necesidades y los lugares de acopios”.

Colza

Con respecto a la colza canola, la definió como un cultivo “difícil de definir”. Explicó que “hay productores que hacen un área mínima de prueba, pero no termina de consolidarse como una alternativa impuesta en el invierno”. Consideró que los resultados han sido muy variables “y eso hace que los productores todavía no terminen de tomarlo como una opción más de alternativa de invierno”.
Las áreas que se hacen “son muy menores y no todos los productores toman esa opción”. Entiende que “hay mucho para desarrollar todavía en cuanto a variedades y alternativas tecnológicas para lograr desarrollar el cultivo”. Si bien el precio es “atractivo”, la variabilidad que se da “en los rendimientos hace que todavía no sea una alternativa que se considere para esta época”.