Sin salida

Por tercera vez desde el 18 de abril, el gobierno de Nicaragua reanudó el lunes el diálogo con los opositores, en busca de una salida a la situación de violencia y enfrentamientos que ha dejado ya más de 200 muertos y de 1.500 heridos en esa nación centroamericana.
Pero el miércoles pasado el diálogo volvió a estancarse. La Iglesia católica, que oficia de mediador, dice que el presidente Daniel Ortega no responde a la propuesta de adelantar las elecciones mientras que la condición de su gobierno es que los manifestantes cesen la violencia. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) visitó Nicaragua en mayo para evaluar la situación, y presentó un informe en el que concluyó que el gobierno de Ortega violó derechos humanos.
Además, la prensa independiente de Nicaragua demandó el jueves a la administración de Ortega el cese de las calumnias, agresiones y amenazas de muerte contra los periodistas que cubren la escalada represiva contra las protestas que sucede desde hace dos meses.
“Exigimos al gobierno de Daniel Ortega el pleno respeto al derecho a libertad de pensamiento y libertad de información”, reclamó el gremio en una declaración pública leída por la periodista Leticia Gaitán en rueda de prensa. En el pronunciamiento, los comunicadores rechazaron “los planes del régimen de imponer la censura”, así como “la campaña de calumnias y difamación contra periodistas”.
En tanto, las finanzas del país se resquebrajan. El Banco Central de Nicaragua (BCN) revisó el miércoles las metas de crecimiento económico del 4,9% a un 1% para este año, debido a la actual crisis política. El presidente del BCN, Ovidio Reyes, manifestó que debido a la prolongación de la crisis “la afectación” a la economía es mayor. Reyes precisó que se perderán unos 85.100 puestos de trabajo, lo que elevará el desempleo de 3,7% a 6%. Uno de los sectores más golpeados es el turismo, con 231 millones de dólares en pérdidas, que siguen creciendo. Los ingresos esperados eran de 924 millones, pero las operadoras turísticas reportan cancelaciones de más del 90%.
Restaurantes, hoteles, bares y muchos otros negocios han sido cerrados o están trabajando a media marcha. No obstante, Reyes consideró que la actividad económica “aún es rescatable” al señalar que la producción agrícola de granos básicos y de exportación “está respondiendo bien”. En los últimos 10 años, la economía, una de las más débiles de Centroamérica, mostraba signos de recuperación con tasas de crecimiento de entre 4% y 5% anual.
Nicaragua lleva más de dos meses sumergida en la crisis sociopolítica más sangrienta desde los años de 1980, con Ortega también como presidente. Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo –una extravagante mujer de 67 años, a quien muchos identifican como el poder detrás del trono–, comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de 11 años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.
Ortega, exguerrillero izquierdista de 72 años cuyo tercer mandato consecutivo concluye en enero de 2022, es acusado por la Alianza de reprimir brutalmente las protestas y de instaurar, con Murillo, el nepotismo y un gobierno autocrático.
Esta semana, la oposición volvió a convocar a protestar contra el gobierno para presionar por la salida del poder de Ortega, aprovechando la visita de misiones de la ONU y la OEA. La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia –que reúne a estudiantes, empresarios, campesinos y otros grupos de la sociedad civil– convocó a un plantón el miércoles pasado y a una marcha para hoy, en memoria de los más de 212 muertos en este tiempo de manifestaciones.
Misiones de la CIDH y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se han reunido el martes y el miércoles con representantes del gobierno y de la Alianza. No dejaron de expresar su preocupación. “La situación es muy preocupante y esperamos realmente que cese la violencia de todas las partes y cese la violación a los derechos humanos. Esperamos que se encuentre una solución pacífica a la crisis en Nicaragua”, declaró Alicia Londoño, integrante de la misión de la ONU.
Fuerzas combinadas de la policía, parapoliciales y paramilitares continúan entrando a pueblos y ciudades para remover enormes barricadas montadas por manifestantes, que tienen semiparalizado al país. El gobierno de Estados Unidos pidió a la Policía de Nicaragua la devolución de patrullas que le vendió porque algunas “han sido usadas para reprimir violentamente” a los manifestantes, según una nota de su embajada en Managua.
Para hoy, los opositores llamaron a la “Marcha de las flores” en memoria de los jóvenes muertos, una movilización que había sido suspendida la semana pasada debido a una violenta incursión de antimotines y hombres armados y encapuchados en la Universidad Nacional y en barrios de la capital. La tensión volverá a depositarse en la capital nicaragüense, en tanto se sigue profundizando la crisis, sin visualizarse una solución clara y consensuada. Nicaragua está atrapada y sin salida en el corto plazo.