Relación tóxica

Uno de los problemas ambientales de mayor importancia en el mundo es la pérdida de diversidad biológica, que tendrá gran impacto para las generaciones presentes y futuras y ya está afectando a gran número de especies que están desapareciendo a gran velocidad como consecuencia de la actividad humana.
Los desechos plásticos como las bolsas de nylon tienen un tremendo impacto en el ambiente debido a su uso indiscriminado y amenazan los ecosistemas a nivel mundial porque contaminan en todo su ciclo de vida, desde la etapa de fabricación hasta su eliminación inadecuada.
Debido a su bajo peso estas bolsas mal dispuestas tienen una muy alta y fácil dispersión, afectando el paisaje tanto urbano como rural y generando obstrucciones en los desagües y sistemas de drenaje pluvial. Se trata de un aspecto de la realidad fácilmente observable en cualquier lugar del país así como de un factor de contaminación visual y ambiental de relevancia.
En el mundo se usan quinientas mil millones bolsas plásticas por año, una de las causas fundamentales por las que 8 millones de toneladas de plásticos terminan en los océanos constituyendo una de las mayores amenazas para la biodiversidad marina que determinará que para el 2050 esté previsto que haya más plásticos que peces en los océanos.
Como es sabido, los restos de plástico en el agua no solo contaminan sino que perjudican a animales tan variados como moluscos, peces, tortugas marinas, mamíferos y aves, quienes confunden esta basura con alimentos o simplemente los comen de forma accidental, en tanto que el microplástico afecta a los invertebrados.
Un segundo gran problema es que a bordo del plástico flotante se trasladan por todo el globo especies exóticas invasoras, que impactan de forma negativa en los ecosistemas donde desembarcan. De ello también tenemos algunos ejemplos en el Uruguay y, por otra parte, también resultan afectadas en nuestra zona las tortugas marinas que, en los últimos años han concitado interés en cuanto a su protección, estudio y conservación.
“La disminución del hábitat natural, la explotación insostenible de los recursos naturales y el cambio climático, han llevado a que la tasa de extinción de especies en el mundo sea hoy mil veces mayor que las tasas naturales. Uruguay no escapa a esta situación, más de la mitad de los mamíferos, peces y moluscos están amenazados. Este número supera el cuarenta por ciento de los anfibios y reptiles y la cuarta parte de las plantas”, explicó el director Nacional de Medio Ambiente, Alejandro Nario.
En nuestro país cada persona utiliza unas 400 bolsas de nylon por año y el 80% de las presentes en plaza son importadas.
Los grandes supermercados utilizan el 90% de las bolsas que circulan en Uruguay, las farmacias un 4%, al igual que el Centro de Almaceneros Minoristas, Baristas, Autoservicistas y Afines del Uruguay (Cambadu), y las estaciones de servicio un 2%.
Meses atrás el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente presentó un proyecto de ley para desestimular el uso de bolsas plásticas, que promueve prohibir las bolsas poco resistentes para un solo uso y comercializar las de mayor calidad, además de impulsar campañas informativas al respecto.
El objetivo de esta iniciativa es prohibir el uso de las bolsas menos resistentes, comercializar las de mayor calidad, y realizar campañas de concientización para desestimular su uso.
Este proyecto, “Uso Sustentable de Bolsas Plásticas”, surge como resultado de un proceso de intercambio realizado desde la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) con distintos actores públicos y privados. Para su elaboración se tuvo en cuenta experiencias internacionales y se revisó normativas extranjeras, y en el ámbito nacional se consideró el Plan de Acción Estratégico para la Gestión Sustentable de Bolsas Plásticas elaborado por la Dinama en setiembre de 2009 y otros antecedentes como la Ley de Envases y Residuos de Envases y su reglamentación que data del 23 de julio de 2007.
Actualmente cuenta con la aprobación unánime del Senado desde diciembre pasado, está a poco de serlo en la Cámara de Diputados.
Una vez aprobada, las bolsas serán de cobro obligatorio y será prohibida la importación y producción de bolsas que no sean biodegradables, estimulando el uso de materiales más amigables. Entre otros aspectos, la reglamentación fijará el tamaño y la resistencia que deberán tener las bolsas, con lo que se asegurará que puedan ser reutilizadas.
No obstante, la norma no pudo aprobarse este 5 de junio como se esperaba debido a un pedido de postergación porque el material con el cual deben estar hechas las bolsas cuenta con escasos proveedores en el país. En particular, el diputado nacionalista José Arocena alertó que únicamente una empresa puede cumplir con el material que exige la ley y ello crearía un monopolio privado.
En este sentido, cabe recordar que la iniciativa legal prohíbe “la fabricación, importación, distribución, venta y entrega, a cualquier título, de las bolsas plásticas que no sean compostables o biodegradables”, es decir, que puedan convertirse en compost y se descompongan naturalmente. Por otra parte, la prohibición se refiere a las llamadas “bolsas camisetas” que suelen entregarse en los supermercados y que a partir de la aprobación de la ley, se comenzarán a cobrar.
Se trata de una ley esperada por muchos, que coloca a Uruguay liderando este tipo de iniciativas para el cuidado del ambiente, aunque ya hay lugares donde rigen normas tanto o más estrictas, con total éxito. En este sentido, en ocasión de conmemorarse el pasado martes 5 el Día Mundial del Medioambiente, se inició una campaña de comunicación sobre el tema, que contó con el apoyo de referentes del deporte, la cultura y la gestión pública, como la ministra De León, Diego Godín, Diego Lugano, Julieta Rada, Rafael Cotelo, Carolina García, Diego González, Daniel Martínez, “Fata” Delgado, El Alemán, Carmelo Vidalín, María Noel Marrone, entre otros.
Indudablemente se necesitará más que campañas y famosos para provocar los cambios culturales necesarios para que en nuestra vida diaria utilicemos menos las bolsas de nylon, las cuales se han convertido en un objeto infaltable en la mayor parte de los hogares uruguayos, utilizadas con muy diversos fines incluso para sacar la basura.
Es un tema complejo porque involucra fuertes cambios de hábitos en un escenario de cultura en el que muchas veces predomina el “use y tire”, pero también es un camino necesario desde una perspectiva de calidad de vida y sustentabilidad. Se requiere un cambio cultural importante en un contexto social acostumbrado al uso masivo del plástico en una especie de vínculo de dependencia que, como se ha expresado reiteradas veces, representa una relación tóxica en relación al cuidado del medioambiente.