Productores no cobran la leche que remiten a PILI desde el año pasado

La situación entre PILI y los productores está incambiada desde hace varios meses e insostenible para muchos de sus remitentes, a tal punto que hay productores que ni siquiera han cobrado en lo que va del año –el último fue en diciembre pasado–, con atrasos que van entre tres y cinco meses.
“Hay productores que tienen atrasos de cuatro meses (febrero, marzo, abril y mayo), otros tres (marzo, abril y mayo), e incluso a quienes le deben cinco meses”, explicó a EL TELEGRAFO Gerardo De Souza, presidente de la Asociación de Productores de Leche de Paysandú (APLP).
El dirigente reconoció que los productores “vienen muy golpeados, y hay quienes han tomado créditos para cumplir con pagos que debe asumir con proveedores, y no pueden seguir tomando créditos, porque no tienen ninguna proyección a futuro, y tampoco ingresos para afrontar los gastos diarios”.
La situación para De Souza es “muy compleja y crítica, porque los productores están desanimados y no ven un futuro claro y no creen que la situación se pueda revertir, y si la salida no aparece pronto es muy difícil para seguir produciendo”.
Consultado sobre cómo puede subsistir un productor que no cobra desde hace cinco meses, cuando hay trabajadores de la industria que reclaman un mes de atraso en el pago de sus sueldos, dijo que “es totalmente difícil”. Explicó que los productores “han solicitado créditos, se han descapitalizado vendiendo animales” pero acotó que “también vienen de una crisis de años atrás que no les ha posibilitado en ningún momento acomodarse”.
Los productores remitentes hoy a PILI están subsistiendo, porque “han vendido animales o tienen otros ingresos por la agricultura, o hay quienes están tercerizados y prestan servicios”.
Entiende que las posibilidades que surgen ante esta situación son “dejar el sector lechero o cambiar de industria, lo que sería muy negativo para PILI y Paysandú, porque significaría menos leche a la industria local”.
Sostuvo que la cuenca lechera del litoral “es muy importante para la producción nacional, por el potencial que tiene, y de perderse más tambos o que se vayan a otra industria nacional, sería negativo para Paysandú”, reiteró.
“Hasta ahora el productor ha sido muy tolerante, pero especialmente tiene un sentido de pertenencia con la industria local, pero se está llegando a un momento límite”, dijo De Souza.
Los productores y quienes están vinculados a PILI, han comentado que las dificultades de la industria les ha costado muy caro. Recientemente, perdió a un productor salteño que le remitía cerca de 30.000 litros diarios, y otro de Paysandú con cerca de 2.000 litros. Esto significa que de los pobres 100.000 litros que recibía hasta hace poco más de un mes, y que no le posibilitaba el crecimiento necesario para elaborar mayor cantidad de quesos, ahora no llega a los 70.000 litros de leche por día. Comentó que “la familia Nolla está haciendo todos los esfuerzos para mejorar los pagos, pero el productor así no puede seguir adelante”.
Y resaltó: “Imaginate si hay productores que están prácticamente al día y están complicados, a quienes nos deben más de tres meses ya se nos hace insoportable”. “Si no se toman medidas de corto plazo, es todo muy difícil”.
Hoy remiten a PILI como socios de la APLP unos 35 productores –son unos 70 los que remiten a la industria local–, “y otros que no son socios y están muy vinculados a la gremial, comprando insumos y utilizando la gestoría que dispone la asociación”.

Atrasos

Hoy para todos es atraso y la cadena es muy grande. “Atrasos con los proveedores, a nivel de la gremial los productores tienen atrasos con la APLP, y la gremial con algunos proveedores y todo genera más problemas”.
“Todo esto ya lo hemos hablado con los principales de la empresa, y ellos lo saben de primera mano”. De Souza sostiene que “tal vez el productor es más tolerante y permisivo con las cosas”, pero reiteró que “se llegó al límite y no hay mucho tiempo más por una solución”. Desde el gobierno “no se ven muchas expectativas y tampoco voluntad para cambiar la problemática”, aclara el productor y dirigente, y más allá de subrayar que “las esperanzas nunca se pierden”, precisó que “los tiempos gubernamentales no son los mismos que de los productores y la sociedad en general”.

Sin bajar los brazos

De todas maneras, De Souza reconoció que los productores “no han bajado los brazos, y productivamente han mejorado su producción por los verdeos que habían preparado, esto demuestra que quieren continuar en el sector, y no bajar la productividad”.
“Seguiremos reuniéndonos con la industria como lo hemos hecho desde hace varios meses en forma permanente, y esperemos que salga el humo blanco y la solución llegue a todos los que estamos vinculados a PILI”, manifestó Gerardo De Souza.