“Lluvias complican, pero es sabido que después de un período de seca se dan precipitaciones importantes”

Las lluvias que se han registrado en los primeros tres días de mayo y que, de acuerdo con predictores en meteorología, continuarán en las próximas jornadas, “han complicado un poco, pero es sabido que después de un período de seca, siempre se dan precipitaciones muy importantes, que determinan muchas cosas, como el ingreso a pastorear el ganado, pero más que nada una pérdida muy importante de nitrato en el suelo”, manifestó a EL TELEGRAFO, el ingeniero agrónomo Ramiro Zanoniani.
“Tuvimos un impulso que nos permitió implantar los verdeos de invierno, inicialmente con contenido de 20 a 25 partes por millón de nitrato en el suelo y es seguro que después de esta lluvia no quede absolutamente nada”, sostuvo el profesional sanducero. “Por lo tanto, se tendrá que usar nitrógeno a la bolsa para lograr recuperar las condiciones de crecimiento, más cuando se ha acortado, ya que estamos a un mes del comienzo del invierno”.
Los registros en diferentes puntos del departamento oscilaron entre 60 y 140 milímetros en los tres días. El mayor guarismo fue en la zona de Guaviyú, con 145 milímetros. Piñera 140, Zeballos 120, Arroyo Malo 105, en el ejido de Paysandú 103, Guarapirú 92, El Eucalipto 90, zona de Santana 89, Arroyo Negro 86, kilómetro 117 de ruta 26, fueron 71 mm. Para el responsable del departamento de pasturas de la Estación Experimental “Dr. Mario A. Casinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía, las lluvias que comenzaron a registrarse a principios de abril mejoraron mucho las condiciones de las pasturas, “con un repunte bastante importante en las tasas de crecimiento, tanto en pasturas sembradas como campo natural”.
Algunas pasturas que estaban muy castigadas por la sequía y “se habían deteriorado, básicamente por la pérdida de plantas, tuvieron una recuperación importante”. Así, en muchos casos determinaron que “no entraran en la rotación, sino que hicieron una renovación con la incorporación de alguna gramínea anual y esperando que vengan”. Pero el técnico destacó que “también hubo un repunte importante del enmalezamiento, porque no solamente se recuperaron las especies sembradas sino todas las malezas que estaban en el suelo”. Hasta la semana pasada, si bien en la región la situación es diferente en varios puntos del país donde llovió menos, “la zona no ha sido tan castigada. Mucha gente se animó a sembrar temprano los verdeos. Incluso hasta la semana anterior se estaba en condiciones de ingresar a pastorear algunos de ellos, porque el agua que llovió puntualmente fue en el momento justo cuando ya se empezaban a perder”.
Para Zanoniani, los sistemas ganaderos con componentes de pasturas naturales “bastante importante y con la tolerancia de tener algunas pasturas viejas por más tiempo, en estas situaciones y con el piso existente, le permite soportar un par de días esas condiciones de pasturas sembradas de dos, tres o cuatro años en algunos casos. Más si están compuestas por gramíneas perennes (festuca), le permiten pasar estos períodos cortos”. Una de las ventajas comparativas del campo natural “son estas condiciones de rebrotes que se están dando y con el buen piso que tienen, es una fuente de alimento bastante importante”.
De todas maneras, el agrónomo entiende que los lecheros “son los que están más complicados, porque venían castigando mucho las pasturas sembradas, no se han podido cuidar demasiado y los encuentran en un momento de recuperación de los rodeos e implantanción de verdeos y reimplantación de praderas, y con la necesidad de comer un poco verde para no seguir gastando las reservas”.
Consideró que “lamentablemente, con animales pesados, dos ordeñes diarios, dos veces diarias de caminatas hacia la pastura, van a determinar algún daño, más aún cuando hay agua sobre el suelo como en estos momentos, determina la rotura de pasturas”.
Ramiro Zanoniani explicó que, en estas situaciones, se debe comenzar a clasificar. “Habrá que ver por ejemplo si la lluvia dura una semana, qué pastura podemos llegar a tener con un menor impacto en el sistema”. Entendiendo que “algo vamos a perder”, habrá que buscar en las pérdidas, “aquello que sea menos importante”.
RECOMENDACIONES
Entre las estrategias a implementar, especificó que pueden ser dos. Siempre se dice que cuando hay poco piso lo mejor es hacer franjas grandes para que no estén concentrados en un solo lugar y de esa forma deteriorar menos el campo”. Si bien sostuvo que es así, “se da cuando todos estamos esperando que rápidamente se recuperen las condiciones. Cuando no sabemos si eso ocurrirá rápido, la concentración permite romper una sola parte y esperar que el resto siga creciendo”. Asimismo, expresó que “se debe ingresar a pastorear ni bien haya piso. No se podrá comer todo a la vez, pero aquellas condiciones que estén para pastorear, habrá que hacerlo, para sacar un poco la biomasa que hay arriba, para que pueda comenzar a correr el tiempo y secar los entre surcos, y empezar a formar piso nuevamente”.
“Si nos demoramos en pastorear cada vez más, nunca se va a secar o se secará muy lentamente a nivel del piso y nunca vamos a tener piso, que es lo que normalmente sucede”, indica el profesional. Conviene elegir alguna alternativa que tenga piso, “como puede ser una pradera de segundo o tercer año, más una especie perenne y entrar a pastorear en aquellas avenas y raigrás, por lo menos en la tarde que es cuando comienza a orear un poco”.