La escasez de lluvias impacta fuertemente en los tambos y cultivos de soja de Paysandú y la región

La escasez de precipitaciones en una amplia zona del departamento de Paysandú y la región, está impactando fuertemente en tambos y cultivos de verano –fundamentalmente soja–, lo que genera pérdidas que serán millonarias al momento de la cosecha para los granos, y de fuerte reducción en los ingresos de leche para los productores.
En el mes de febrero solo llovió 5 milímetros en gran parte de esta región, y el último episodio de lluvias considerables fue el martes 23 de enero cuando el registro en la estación de Meteorología de Paysandú fue de 41 milímetros. De ahí en más, el agua brilló por su ausencia y ya van más de 37 días y varias jornadas con temperaturas por encima de los 36 grados.
Este registro no tiene antecedentes en el segundo mes del año en lo que va del siglo y según Meteorología Paysandú. El promedio histórico para febrero es de 137, y hasta este año, el menor registro correspondía a 2015 con 42 milímetros. En cambio el mes de febrero “más llovedor” fue en 2010 con 569 milímetros, cuando se registraron importantes inundaciones en campos de la zona.
SOJA AFECTADA
Días atrás, el ingeniero agrónomo Ignacio Buffa, director de la consultora APEO, expresó a EL TELEGRAFO que “de 500 kilos menos que rinda el 1.200.000 hectáreas de soja, estamos hablando de U$S 200 millones menos que los productores podrían percibir, y eso es un dato muy importante para el esquema agrícola”.
Y acotó que “va a repercutir en toda la cadena agrícola, que está bastante tensionada, y es otro elemento a tener en cuenta de esta situación”. Precisó que “el menor rendimiento se va a traducir en menores márgenes de los cultivos, y eso va a golpear directamente a los productores y a toda la cadena”.
Explicó que una de las vulnerabilidades que tiene el sistema agrícola uruguayo, “es que tenemos un único cultivo en donde se estructura la generación de valor. Uno hace los números de los cultivos de invierno, y a esta hora hace los de cultivos de verano, y los números no son buenos y eso afecta en la soja, por lo que falla la soja y pone en jaque al sistema en general, lo que se debe analizar más integralmente”.
Para el ingeniero agrónomo Luis Simeán, gerente de Copagran filial Paysandú, “el impacto es muy difícil de cuantificarlo, pero sí es concreto que está afectando los potenciales de rendimiento. Estamos en etapas decisivas de la formación de los rendimientos del cultivo de soja. Y que no se den las lluvias que estaban previstas o se planifican para los próximos días, afecta esos potenciales jornada a jornada”, dijo el técnico sanducero.
Se debe tener en cuenta que no se sabe “cuanto puede responder la planta a una lluvia en los próximos días, como la que está anunciada para este fin de semana”. Se refirió a que “capacidad tiene de seguir floreciendo, y si no llueve al revés, cuanto de las chauchas que ya están formadas realmente pueden terminar siendo una chaucha con granos de buen tamaño”.
El profesional aclaró a EL TELEGRAFO que la situación de lluvias “ha sido muy disímil, porque ha sido muy variada la cantidad de agua caída. Hemos tenido lluvias aisladas en diferentes zonas, y el grueso de las lluvias buenas, generales y que le llegaron a todos los cultivos, fueron a mediados de enero, emparejando los cultivos y logrando un buen desarrollo vegetativo y prácticamente todos los cultivos terminaron enero con un buen estándar de plantas y buen desarrollo vegetativo. Y cuando se inicia la etapa reproductiva, la floración y el cuajado de la chaucha a partir de febrero, es que empieza a faltar el agua”.
Fue más claro aún, al explicar que “desde la orilla de la chacra, uno ve el desarrollo de la planta, pero cuando ingresa al cultivo se encuentra con flores que están abortando y chauchas que están cayendo y eso es muy difícil de medir”. De todas maneras, precisó que “hoy hablamos de rendimientos por debajo de los 2.000 kilos por hectáreas”.
En lo sanitario, Simean explicó que “las secas no dan problemas, salvo alguna aparición de plagas típicas de los períodos secos, como puede ser arañuelas, para lo que se están haciendo algunas aplicaciones, y alguna aplicación contra chinches, para procurar salvar las chauchas que ya están”.
COSTOS
Respecto a esas aplicaciones mencionadas, y que generan un sobrecosto al productor que sabe no tendrá una buena cosecha por los rendimientos, el gerente local de Copagran sostuvo que “cada vez que un técnico recomienda esta alternativa, el productor pregunta varias veces si es conveniente hacerla”. Entiende que “en la medida que el potencial de rendimiento todavía esté, debe hacerse porque es la forma de salvar esos granos y chauchas que todavía están. En el caso de pérdidas de plantas y rendimientos que no superan los 1.000 kilos, seguramente no justifique la aplicación”.
LECHERÍA
“La falta de lluvias en la zona ha impactado fuertemente, y más en momentos donde se están cosechando las reservas a utilizarse en otoño e invierno, e incluso los productores están utilizando reservas que estaban designadas para ese período del año”, precisó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Roberto Ceriani.
El presidente de la Asociación de Productores de Leche de Parada Esperanza (Aplpe), dijo que “si bien normalmente en esta época del año se reduce la remisión de leche porque los rodeos se achican preparando el preparto de las vacas, se redujo en demasía la producción de leche, que se agrega a la iliquidez que tenemos los productores, sumado al estrés calórico importante que en algunos tambos ha generado aborto del ganado, producto de esta problemática”.
El inicio de la lactancia en marzo, “va a comenzar con problemas de potencial, porque las pasturas no están disponibles y las siembras normalmente no dan los resultados esperados, y hay algunas que no se pueden hacer porque está demasiado seco”, significó el productor y dirigente gremial.
A los problemas que se arrastran de años anteriores desde el punto de vista económico y financiero, “se suma un clima que en estos años anteriores nos venía dando una mano, por lo menos para disimular los inconvenientes que teníamos en nuestra infraestructura y ahora se complica en gran forma”.
“Se anuncian lluvias para mediados de marzo, pero la necesidad es ahora”, sostiene Ceriani. “Tampoco es bueno que pasemos de esta seca a un exceso en el aporte de agua, porque eso nos complicaría desde varios puntos de vista”, aclaró.