“Saber si el ganado se preñó es como querer conocer los números del 5 de Oro del domingo: un misterio”

La sequía que afecta principalmente a productores del Este del departamento de Paysandú, Este de Río Negro, y buena parte de Tacuarembó, además de zonas de Salto y Durazno, no solamente ocasiona inconvenientes para la alimentación y el agua del ganado, sino que genera enormes interrogantes en cuanto a la preñez de los vientres y la incertidumbre de la cantidad de terneros que vendrán en el futuro. Es el caso de Giancarlo Menegazzi, productor de la zona de Capilla del Carmen, a siete kilómetros de Merinos, quien sintetizó la situación en una frase: “Saber si el ganado se preñó es como querer conocer los números del 5 de Oro del domingo: un misterio”.
El productor sanducero indicó a EL TELEGRAFO que “es complicado saber que preñez podemos tener cuando se realicen los tactos, no sé decirlo porque fue un año muy difícil”, sostuvo. Aclaró que “la entorada comenzó el 15 de noviembre y terminó en los últimos días de enero, siendo aproximadamente 75 días de celo que tuvo el ganado”.
Recordó que en esa fecha, cuando se apartaron las vaquillonas del primer entore y se largaron los toros, “no se apreciaban problemas en el entore, porque tampoco había problema de escasez de lluvias, no había esta sequía tan acuciante y los campos estaban verdes”, dijo.
Para Menegazzi, “la esperanza que queda es que en esos primeros 35 a 40 días de entore, se haya preñado el mayor porcentaje de ganado, porque seguramente cuando faltó el agua y el pasto, la situación fue muy distinta”.
De todas maneras, entiende que el trabajo que realicen los veterinarios de tactos y ecografías también será fundamental para programar un año. “Una ecografía temprana será importante para que ese ganado que no está preñado no esté junto al ganado que sí se preñó. Porque, de esta forma, vamos a tener bagres y tarariras, y le das de comer a todos parecido”, reseñó.
El productor explicó que “hacer ecografías a 35 o 40 días de retirados los toros puede ser una buena herramienta para apartar todo ese ganado que no se preñó y darle mejor comida a los vientres preñados”.
GANADO ESTÁ BIEN
En el caso del productor José Ramos, cuyo establecimiento se ubica en la zona de colonia José Battle y Ordóñez, cerca de ruta 4 y a 10 kilómetros de Guichón, “los campos están pelados y no tenemos agua, pero igual el ganado presenta buen estado corporal”.
Manifestó que el retroceso de los campos se verificó desde el comienzo de año “y se acentuó durante el verano, fundamentalmente esas dos semanas de muy alta temperatura en febrero”. “Hicimos destete con tablillas y nos dio buen resultado”, comentó el productor, que “tiene cifradas expectativas en que el ganado se haya preñado”.
SIN ENTORE
Más delicada aún es la situación en Piedra Sola. El panorama es complicado en el establecimiento de Juan Francisco Echegoyen Soares de Lima donde, al no registrarse celo en los vientres, “no se hizo entore”, sostuvo el productor.
“Hicimos la prueba de entorar algún ganado y los toros se apartaban de las vacas y se iban”, dijo. A esto se suma que aún no efectuó el destete del ganado. “Esperamos que mejore la situación para tener potreros disponibles y así tener a los terneros en un campo y a las madres en otros”.
El productor, cuyo establecimiento se ubica a la vera del río Queguay, en el departamento de Paysandú, próximo a Tacuarembó, expresó que “febrero fue un mes muy caliente y con mucho viento permanente. En enero llovieron 52 milímetros en seis lluvias, por lo que prácticamente no se notaba. A esto, hay que sumarle que estamos en la zona de la Cuchilla de Haedo, por lo que se siente más aún la problemática”.
FUNCIÓN REPRODUCTIVA
Para el ingeniero agrónomo Rómulo Cesar, técnico en Paysandú del Instituto Plan Agropecuario, “la aparición de celos va directamente relacionado con cómo será la nutrición y sanidad que el animal recibe durante el período de entore”.
El técnico precisó que “lo que apreciamos a principios del período de servicio, a fines de noviembre y primeros días de diciembre, es que los vientres que fueron entorados tuvieron una buena performance”. Posteriormente, a medida que pasaban los días y las lluvias no aparecían, “desde mediados de diciembre y buena parte de enero, en algunas zonas persisten dudas de cómo puede ser el resultado del entore”. En el caso de la información disponible sobre el diagnóstico de actividad ovárica, César manifestó que “demuestran que los resultados son dispares entre rodeos. Algunos que lo han llevado relativamente bien y otros que se verán afectados y será vital el dato a la hora de pasar raya y tener un resultado de eficiencia reproductiva y económica de aquellos predios que tienen la cría como parte de su sistema”.
“Cuando estamos sobre fines del entore, hay productores que retiran los toros a partir del 15 de febrero y otros que los tienen en el rodeo un poco más”, aclaró el profesional. Entiende que, a partir de las dificultades que enfrentan muchos productores, “deja de ser la prioridad y, en aquellos casos que no se preñe, habrá que tomar decisiones, pero pensando en esos animales para la próxima estación, sobre todo para el otoño y el invierno”.
MONITOREO PREOCUPANTE
El ingeniero agrónomo Rodrigo Fernández Abella, director de Sociedad Ganadera San Salvador y gerente de Frigorífico Modelo, dijo en una entrevista con El País que “el monitoreo del 50% de anestro profundo que realizamos a mediados de enero es preocupante y creo que vamos a tener un 5 o 10% menos de terneros que el año pasado”.
Teniendo en cuenta los datos de la declaración jurada de Dicose de 2017, el stock de terneros y terneras se ubicó en 2.700.506 cabezas. Por tanto, un 10% menos de terneros representaría unos 270.050 animales. “Pensar en unos 200.000 o 300.000 es un número que se puede proyectar en el país”, dijo.
Explicó que las preñeces son de un 50% en el último tercio con las lluvias sucedidas en enero, por lo que entiende necesario aumentar el destete precoz para preñar el próximo año y llegar a los promedios nacionales del 75 u 80%. “Significan más costos, unos US$ 45 por ternero, pero es una herramienta que se paga sola, porque el precio del ternero va a seguir firme, no solo por la exportación, sino por los puentes verdes”.
Fernández remarcó la importancia de preñar las vacas y una buena medida es “correr un poco el entore, apostar a las lluvias de febrero y cerrar los ojos para hacer destete precoz pensando en el año próximo”. Finalmente, entiende que “todavía restan unos 15 días más para preñar las vacas, que sí debe ser el objetivo”.