“En el ADN de este grupo está no aflojar nunca”

Una de las novedades que tuvieron Los Teros para esta serie eliminatoria ante Canadá, fue la presencia en su alineación de Rodrigo Capó, jugador del Castres Olympique de Francia y ausente con la celeste en el Mundial de 2015. El retorno después de tres años del segunda línea a la selección uruguaya de rugby terminó siendo clave para la clasificación a la Copa del Mundo de Japón 2019, aportando desde lo físico, en el juego y la experiencia en las dos victorias frente a los canadienses: 38-29 en Vancouver y 32-31 el sábado en el Estadio Charrúa. El cerrado aplauso que le brindó el público ese día, cuando lo suplantaron a falta de 10 minutos para el final, resultó ser el cabal reconocimiento a su figura.
“Si lo hubiese soñado no hubiera sido tan lindo como esto que estamos viviendo. Es una alegría enorme. Son los frutos de tres años de buen trabajo que viene haciendo este grupo, y cuando uno trabaja y hace las cosas bien, termina siempre ganando”, dijo un muy emocionado Capó a EL TELEGRAFO sobre el césped del Charrúa, en medio de los festejos por el pasaje al Mundial nipón.
De 37 años, a fines del año pasado solicitó volver a la selección uruguaya y tanto el cuerpo técnico como los jugadores estuvieron de acuerdo. Su último partido con Los Teros había sucedido el 11 de octubre de 2014 cuando eliminaron a Rusia y clasificaron al Mundial de Inglaterra y Gales. Pero no jugó ese certamen por compromisos con el Castres.
Surgido en Carrasco Polo –donde salió campeón en 1999, 2000 y 2001– es uno de los cuatro jugadores profesionales que integran el plantel de Los Teros. El resto es amateur. Con estos dos partidos contra Canadá, Capó sumó 41 Test Match y, además, sabe lo que es jugar una Copa del Mundo al disputar el torneo de Australia en 2003. Tomó parte de los cuatro partidos, fue figura en el triunfo ante Georgia y apoyó un try frente a Sudáfrica.
Desde sus 1,95 metros, el jugador celeste señaló que no se vieron impresionados cuando los canadienses se colocaron 15-0 y remontaban la serie a los 15 minutos de juego. Faltaba mucho y había confianza. “El ADN de este grupo es que trabaja los 80 minutos y no afloja nunca, y eso hay que reconocerlo y eso hoy (por el sábado) se vio”, aseveró.
Y valoró el apoyo del pueblo uruguayo y de un Charrúa que vibró como pocas veces. “Cuando jugás 15 contra 15 es duro, pero hoy jugamos tres millones contra 15. Cuando pasa esto, tenés toda la de ganar”. “Esto es divino, estoy feliz, orgulloso de formar parte de este grupo, de ser uruguayo, de haber venido y de haber contribuido para la clasificación”, concluyó Capó para seguir abrazándose con sus compañeros, con sus familiares, con los hinchas.