Cooperativa de vivienda sindical afectada por desfalco; familias se han mudado para vigilar

Desde hace casi dos años se encuentran prácticamente paralizadas las obras de la cooperativa de vivienda sindical Cisvvt, (Cooperativa de Integración Social de Viviendas de Vecinos Trabajadores) en 33 Orientales y Antonio Estefanell, como consecuencia de una serie de hechos negativos que han marcado desde el inicio este emprendimiento colectivo de 41 familias y por lo que ha perdido más de la mitad de los socios.
De acuerdo a lo indicado a EL TELEGRAFO por la integrante de la directiva del grupo, Claudia Borcovsky, actualmente la cooperativa está fuertemente endeudada con empresas y barracas como consecuencia del desfalco cometido “desde Tesorería” por unos 4 millones de pesos, que está siendo investigado desde hace ya tiempo por la Justicia. A la vez han enfrentado robos y destrozos por delincuentes que merodean en la zona, en tanto asimismo inciden las demoras que han sufrido en general todas las cooperativas del sistema Nox en la entrega descoordinada o insuficiente de materiales.
Estos contratiempos han puesto a la cooperativa en una situación difícil, porque además de la deuda que se mantiene con barracas y la empresa que proporciona los materiales, la falta de socios afecta la disponibilidad de mano de obra y los que quedan deben multiplicarse para armar las viviendas que faltan.
En el ínterin se han mudado seis familias al barrio sin terminar, presionadas por el costo del pago de alquiler, a la vez que su presencia en el barrio permite vigilancia para evitar robos y vandalismo, como rotura de paneles y hurto de focos.
Borcovsky indicó que esta fue la primera cooperativa sindical que se instaló en Paysandú, y que “el primer problema que tuvimos fue la entrega insuficiente y descoordinada de materiales por la empresa Calomil, como a las otras cooperativas, lo que ha sido determinante para perder tiempo y horas de trabajo, porque no se ha podido armar en tiempo y forma las casas”.
“Por los problemas se han bajado muchos socios y quedamos solo 15”, agregó con justificada amargura, a la vez de señalar que “en este momento tenemos parada la obra y lo que estamos haciendo son reparaciones para que no se deterioren las casas y mantener el predio. En realidad la obra está parada desde abril de 2016, es decir desde hace casi dos años. El principal problema fue el desabastecimiento de materiales, que al comienzo anduvo muy bien, enviando estructuras, techos, paredes, y el Ministerio iba pagando a medida que se iba armando. Pero luego la empresa enviaba materiales sin ton ni son, haciendo que fuera prácticamente imposible ir armando las casas y llegó un momento que no mandó más”.
“Eso generó una deuda, porque al no mandar materiales no podíamos avanzar, no se cobra y no se les puede pagar. Además mandaban materiales en forma tan desordenada que hasta hoy tenemos algunos guardados que no se pueden utilizar porque van luego de una etapa anterior para la que no nos mandaron lo necesario, y ellos ya lo tienen como deuda”, consideró.
EL DESFALCO
“El problema específico que ha tenido nuestra cooperativa es de orden administrativo, porque tuvimos un robo muy grande de Tesorería. En 2016, cuando se cambió la comisión directiva, que venía manejando la obra, se hicieron elecciones, se hicieron investigaciones, hablamos con los proveedores y nos encontramos con que teníamos deudas por todos lados, de lo que la comisión que teníamos en ese momento no nos estaba informando”, apuntó Borcovsky.
“En las asambleas se pedían los estados de cuenta y estaba todo maquillado, se iba estirando y no teníamos acceso a las boletas, porque si hubiéramos tenido la posibilidad los socios en la asamblea lo hubiésemos detectado antes. Se nos decía que ‘estábamos bárbaro’ y la comisión fiscal decía que estaba todo bien. Cuando asumió la nueva comisión nos pusimos a averiguar. Prácticamente ya estábamos debiendo 600.000 pesos al Banco de Previsión Social, que eran los aportes de los capataces y oficiales que teníamos en la obra. Hasta ahora, tras dos años, seguimos pagando un convenio que hicimos con el BPS”.
“Pero además las cuotas de aportes no se pueden conveniar, eran de 70 a 80.000 pesos por cuota que de 15 a 20 socios teníamos que juntar con beneficios y con mensualidad”, precisó. (Más información en edición impresa)