Continúan las pedreas en rutas uruguayas y accesos en Argentina con fines de hurto

Las pedreas a los ómnibus y automóviles estaban instauradas como un problema que se daba de manera exclusiva en los accesos de Montevideo, pero desde hace años esta situación, que preocupa a las empresas de transporte, se ha ido expandiendo a otras partes. Además, la modalidad que durante muchos años fue también referencia de los accesos a Buenos Aires, Argentina, se ha trasladado a otros puntos como la fronteriza ciudad de Concepción del Uruguay.
Desde de la Asociación Nacional de Empresas de Transporte Carretero (Anetra) de nuestro país, se ha informado que el 73 por ciento de las pedreas a ómnibus de pasajeros tienen lugar en los accesos a Montevideo, por la ruta 1 y 5 y en el ingreso por la ruta 8.
En tanto, el 70 por ciento de los ataques se producen entre las 18 horas y la medianoche y en el 10 por ciento de los casos los ómnibus estaban circulando. Por día, entre dos y tres unidades de transporte de pasajeros son apedreadas, a pesar de las cámaras de videovigilancia instaladas y monitoreadas por el Ministerio del Interior desde el año 2014.
Desde la asociación se reconoce que en un principio las cámaras redujeron la cantidad de atentados, pero el problema sigue presente y causa preocupación. Casi el 70 por ciento de los impactos de las piedras se registran en ventanillas laterales derechas de los ómnibus, el resto en ventanillas izquierdas y en el parabrisas. Casi la mitad de los daños en parabrisas se dan del lado del conductor, lo que aumenta el riesgo de provocar accidentes graves. El mismo informe arroja que los costos mínimos de reparación por pedreas es de 18.200 pesos en cada caso. Asimismo, los ataques vandálicos no ocurren solo en la capital, aunque los del Interior son en menor cantidad. Hace unos años se habían registrado varios hechos en zonas disímiles: frente a la fábrica de Portland de Paysandú, en los accesos a nuestra ciudad por ParWay, en Cardona, Santa Catalina, Las Piedras, Toledo y Suárez, entre otros.
Si bien no todos los ataques dejan personas lesionadas, en la mayoría de los casos se atenta contra la integridad física ya que un reflejo al sentir la piedra golpear el parabrisas, vidrio o techo, puede derivar en un accidente con peores características. La mayor tragedia, respecto a este tipo de actos, sucedió en el año 2000 cuando se tuvieron que lamentar víctimas fatales y personas que quedaron con graves secuelas.
TIRARON UNA BALIZA DESDE EL PUENTE
En la noche del 7 de abril del 2000, un camión de la empresa Conaprole, cargado con 16.000 litros de leche, circulaba por ruta 1 hacia el centro de la ciudad. Cuando fue a pasar por debajo del puente de la avenida Carlos María Ramírez, según testigos, dos personas arrojaron desde lo alto una baliza que impactó sobre el capó del camión. A raíz de ello, el conductor perdió el dominio del rodado, se cruzó de senda, impactó y derribó una columna del tendido eléctrico para finalmente colisionar contra un ómnibus de la empresa argentina “General Belgrano”, que había partido de Tres Cruces. El choque dejó un saldo de dos hombres de 40 y 68 años fallecidos y 15 heridos, muchos de ellos de gravedad.
A segundos de ocurrido el hecho, mientras se movilizaban los socorros, particulares que transitaban por la ruta prestaron ayuda a los heridos, ocasión en que un grupo de muchachos, simulando auxilio, comenzaron robar valijas, riñoneras y carteras para darse a la fuga antes que llegara la Policía.
AHORA EN CONCEPCIÓN
Por su parte, el portal 03442.com.ar de Concepción del Uruguay informó de constantes ataques vandálicos generalmente protagonizados por menores que atentan contra los conductores. El último caso ocurrió sobre la zona de la curva del excircuito Mena donde un taxista que había llevado pasaje al Barrio 134 Viviendas y se dirigía al centro de Concepción del Uruguay, fue sorprendido por menores que arrojaron una piedra de gran tamaño al parabrisas. El impacto causó la rotura del cristal y sorprendió al conductor del Ford Focus, que se tiró a la banquina y detuvo su marcha.
“Es increíble lo que está sucediendo. Al escuchar el golpe y ver como saltaba el espejo retrovisor, paré la marcha y vi como un grupo de menores salían corriendo. Lamentablemente no podía hacer nada, ya que si reacciono salgo perdiendo porque al ser chicos nada se puede hacer. Menos mal que pegó en ese lugar, si daba más sobre mi lado podría haber resultado lesionado”, contó el conductor al portal.
Ataques como este son frecuentes y ya hubo personas heridas en autos y ómnibus, concita el medio, pero lo más preocupantes es que no se encuentra una solución y ya este tipo de actos vandálicos ocurre en los accesos a la ciudad y a cualquier hora.