Todos somos PILI

En las últimas semanas se ha discutido en diversos ámbitos departamentales y nacionales la situación que atraviesa la empresa sanducera PILI, un referente no sólo a nivel local sino también en el sector lácteo uruguayo. De acuerdo con lo expresado por uno de los representantes de la empresa al diario “El Observador”, PILI “no es ajena a otras empresas del sector. No está en una buena situación como es de conocimiento público. Esto se debe a numerosas causas: alto costo de las materias primas, costo de la mano de obra, caídas de mercados (como el venezolano) y endeudamiento por importante y necesaria inversión”. Todo ello, sumado al escaso ingreso de leche a su planta hacen que la situación de la empresa, si bien no escapa a las complicaciones que atraviesa el sector lechero, genere lógicas preocupaciones no sólo en los trabajadores de la misma sino también en sus proveedores y en la sociedad sanducera en general.
Las importantes inversiones que PILI ha realizado en los últimos años muestran a las claras el fuerte compromiso de la empresa con el crecimiento de la economía departamental y la generación de empleos. Por un lado, construyó una planta industrial de secado de suero en la localidad de Porvenir, lo que representa un ejemplo concreto de descentralización empresarial. Por otro lado, trasladó al predio donde funcionó la empresa citrícola Sandupay la planta industrial que estaba ubicada en la calle Vizconde de Mauá, con todos los costos e inconvenientes que tiene una mudanza de esas características.
La actual situación de PILI debe transformarse en un llamado de atención para todos los sanduceros, porque se trata nada más y nada menos que de una fuente legítima de fuentes de trabajo en un departamento que tiene claros problemas de empleo y de subempleo, especialmente en el sector industrial. En efecto, la destrucción de la capacidad industrial de Paysandú y la pérdida de mano de obra calificada en un sector que fue tan importante para el departamento no es un fenómeno nuevo. Un estudio elaborado y publicado reciente por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) bajo el título “Principales indicadores del mercado laboral” y cuyo último período relevado es del año 2015 señala que, durante el período 2008-2015, la industria manufacturera fue el sector de actividad que más se contrajo en nuestro departamento (4,3%) lo que fue calificado por el propio MTSS como una “disminución significativa” de la misma.
En relación con la importancia del sector industrial resulta oportuno recordar lo expresado por Li Yong, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi): “No es difícil encontrar pruebas que demuestren que la industrialización es una estrategia efectiva de reducción de la pobreza: ya sea observando los primeros avances de los países europeos, los Estados Unidos o Japón, o de aquellos que se unieron a la tendencia global en la segunda parte del siglo XX, incluidas la República de Corea, China y muchos otros ‘tigres’ y ‘dragones’ asiáticos, siempre han sido el desarrollo industrial y el comercio de bienes industriales los que dieron forma a sus éxitos. De hecho, no existe un solo país en el mundo que haya alcanzado un alto nivel de desarrollo económico y social sin tener un sector industrial avanzado y desarrollado. Por lo tanto, la industria es una fuente importante de empleo digno, que contabiliza casi 500 millones de empleos en todo el mundo, o casi un quinto de la fuerza laboral mundial”.
A todo ello debe sumarse que, de acuerdo con la consultora KPMG las perspectivas del empleo en Uruguay no son buenas para este año. En efecto, el informe de esa firma internacional señala que un 30% de las empresas uruguayas tiene pensado disminuir su dotación de personal en el año 2018, mientras que el 54,7% proyecta mantenerla y sólo el 13% tiene resuelto incrementar su plantilla de trabajadores. Para KMPG estos datos son un “indicio de que el presente año también será problemático en materia de creación de empleo. Consciente de esta situación el ministro de Economía, Danilo Astori, consideró, según lo consigna el semanario Búsqueda en una entrevista publicada días atrás, que “de cara a la ronda salarial de negociación de este año, se debe mantener el esquema de flexibilidad pautado por el gobierno para la anterior, en un contexto de preocupación acerca del nivel del empleo”. El propio jerarca había manifestado una preocupación similar en el mes de agosto del año pasado durante su participación en un evento organizado por la Cámara Oficial Española de Comercio, Industria y Navegación, ocasión en la cual admitió, según el diario “La Diaria” “que las principales preocupaciones de la cartera son la ‘baja’ inversión industrial y el ‘deteriorado’ mercado de trabajo”.
Ante este panorama, los actores políticos, sociales y económicos de Paysandú deben unir sus esfuerzos para buscar entre todos una salida que le permita al departamento conservar una empresa de la cual dependen, según su propio sindicato, unas 600 familias entre trabajadores propios y de empresas relacionadas con la misma. Las gestiones que se vienen realizado a nivel de la Comisión de Asuntos Laborales de la Junta Departamental de Paysandú y de la Presidencia de dicho órgano, ocupada por el edil Ricardo Ambroa, así como los aportes realizados por los tres diputados departamentales son una señal esperanzadora para lograr superar esta difícil situación. Otro aspecto que debe ser destacado es el buen vínculo existente entre el sindicato y la empresa, lo que ha sido reconocido públicamente por ambas partes. En el caso de PILI, sus responsables han señalado que existe muy buen relacionamiento con los trabajadores y el sindicato y que “están trabajando de una manera excelente y dándole para adelante”.
Si bien la situación de PILI es un tema que involucra en primera instancia a la empresa y a sus trabajadores, la misma debe ser asumida como un desafío para todos los sanduceros ya que los beneficios de contar una industria fuerte y pujante serán recibidos también por todos sus habitantes, más allá de su área de actividad. Hacerlo demostraría la vigencia de las palabras del escribano Adolfo Mac Ilriach, quien en 1938 describió a Paysandú como una “ciudad forjada en el trabajo y en el horizonte abierto para el trabajo que dignifica y espiritualiza al hombre ‘haciéndolo sentirse más hombre’: horizonte promisorio y halagüeño porque así lo quieren las huellas luminosas que dejaron los que aquí hicieron obra de bien y de trascendencia”. Al fin y al cabo, trabajar por el crecimiento de nuestras industrias y de los empleos que generan es honrar las palabras que luce el escudo de nuestro departamento: Paz, Trabajo y Progreso.