Solicitada

BELLA VISTA, LA HISTORIA
DE UN PUEBLO
Esta nota trata de historiar un poco el nacimiento, trayectoria y vida rica de un equipo de gente que tuvo la valentía, como otros, de fundar una institución. Fue ideada en la “playa de los negros” y llevada a cabo en la zona de la plaza Bella Vista y sus alrededores. Cobijada en el rancho de los Spolita y visitante de varias casas en los alrededores, fue tomando forma, vida y fuerza con el pasar de los años.
Se convirtió, con el paso del tiempo, en una fuerte institución que, de pasar zozobras y sinsabores, echó raíces cada vez más profundas para –con tremendo esfuerzo– lograr construir su sede, muy modesta por cierto, pero emblemática y llena de historia. Esa rica historia salida del trabajador, ferroviario, particular y de otras instituciones y comercios, que tomó y bebió del cáliz papal, su nombre y costumbres y fiel a ello se ha ido desarrollando con base en esa semblanza.
Tuvo su cancha años donde hoy es la escuela 4 y ella misma fue surtidora de chicos que llegaban a sus filas a practicar fútbol. Ese fútbol vistoso, pícaro y sonriente, que muchos supieron conocer y disfrutar. Tuvo sinsabores de tener que bajar a la B dos o tres veces, pero siempre retornó y cada vez con más semblanza de buen equipo, humilde pero vivaz.
Un día, llegamos a practicar y, en medio de la cancha, había gran cantidad de tablas, tachos, etcétera ocupando el círculo central, donde supo haber pista de baile, circos, entre otros. El club quedó sin cancha, donde se jugó, en 1959, el primer campeonato de Baby Fútbol de Paysandú. Vinieron a jugar señores cuadros y con señores jugadores, que llegaron a vestir la camiseta blanca de Paysandú, y profesionales equipos.
Nos quedamos sin cancha, en donde, cuando aparecía una pelota, al ratito había un enjambre de gurises para jugar el verdadero juego de campito. A la vez, nos quedamos sin sede y pasamos a usar una pieza que la llamábamos “ El castillo de Drácula” y nos juntábamos allí para estar un rato unidos. Lamentablemente, cuando pasan estas situaciones, hay gente que en lugar de acercarse, emigra y el club tuvo un bajón, teniendo que irse a la B.
He aquí que un grupo de gente mayor liderada por un idealista de primer nivel como Pulqui Santin, Carneiro, Eduardo Flores, Pedro Oliva, Ulises Betti, Quique Oyarbide, Muela, Flia. Macchi, De los Ángeles, Dantaz, Da Costa, Soria, Canto, De Lima, Leiva, Britos, Gómez, Torres, Poncet y muchos más, que tuvieron el valor de comprar el terreno donde hoy es la sede y, entre ellos, mayores y los gurises, se levantó lo que hoy existe. En el fondo practicábamos hasta que empezamos a ir al Parque Don Bosco, donde hoy estamos. Volvimos a Primera División y, con el surgimiento de una generación muy buena, liderada por Walter Casteguin, surgió el Bella Vista de una nueva etapa, que empezó a conquistar muchos y valiosos logros deportivos.
Como sucede muy a menudo y en varias instituciones, los triunfos acercan gente y a Bella Vista llegó un sinfín de gente muy valiosa, con mentalidad de adelanto, sustituyendo a los valientes aguantadores por años, de los pasteles y tortas fritas, esos demás trabajadores que supieron ser pilares verdaderos de aguante y sostén. Los nuevos valores de dirigentes –muchos y buenos, por cierto– tuvieron la valentía de comprar parte del Parque Don Bosco. Metro a metro y con sacrificio de levantar bloc a bloc, lo que hoy es la Colina Vaticana.
Por cierto, omito dar nombres, pues son muchos y es feo olvidar a alguien. El club ha seguido creciendo siempre, tuvo un paso por el profesionalismo que lo lastimó y mucho, pero está recuperado y aquí vienen realmente los que lo quieren y lo aman. Como es costumbre en Paysandú, lamentablemente si ganas, muchos se acercan, pero así también se van. Son amantes solo de los triunfos y no razonan que los otros que compiten también lo hacen para ganar.
Nuestro concepto es competir de la mejor manera para cosechar resultados satisfactorios que nos indiquen cuán ubicados estamos en nuestro trabajo. Tratamos de tener buenos entrenadores, profesores, fisioterapeutas, utileros, cancheros, colaboradores para tener un equipo y cosas que apoyan a los deportistas. Nuestro ideal es formar una persona fuerte de espíritu, mente y cuerpo; que lo que adquiere con el trabajo diario lo lleve consigo durante su vida en todos los estamentos.
Tenemos siete categorías de baby, tres de damas, sub 13, 14, 15, 17 y Primera y ahora Seniors y Masters. Soñamos con dotar al club de instalaciones acordes a esta dimensión actual, y lo queremos barrial y familiar; no un club cursi que ganando se sienta más que los otros, sino integrado a la sociedad respetuosa y que lucha para mejorar, siendo rica en humildad y educación, y no provocadora y molesta hacia otros. Queremos ser nada más que organizados para que lo que se haga en el club enaltezca su propia familia, la una y la haga dueña de sus realidades.
Seamos conscientes de que tenemos una institución que tiene mucho para crecer, pero lo hará si agregamos esfuerzo para ello y la humildad que siempre debemos tener, que es la copa más valiosa que podemos levantar, para ganarnos a nosotros mismos el desafío de progresar para la sociedad. Toda institución es grande, pero más grande es si lo disfruta toda la sociedad; sano y lleno de espíritu, como nos enseñaron don Bosco, el padre Pías, Romero, Blanc, Marconi, etcétera, y todos los que pusieron un grano de semilla para ser hoy lo que somos. Hijos estos del padre Meriggi.
Nuestro mejor homenaje a todos ellos –y a nosotros mismos– es seguir el camino y hacer realidad lo que nos marcaron, no pisoteando a nadie, sino siendo hermanos de tantos clubes buenos que hay en Paysandú. Eso debe ser nuestra consigna: crecer, educar y disfrutar lo bueno que hay en la realidad. Lo malo, que lo hagan los otros que no piensan en nada y a quienes nosotros combatiremos. La felicidad de los pueblos es el resultado de su propia realización. Vivan los que piensan en el futuro y trabajan para ello; vivan los dirigentes de buena madera; viva este club, enseña de jóvenes. Feliz cumpleaños, Bella Vista. Naciste el 11 de enero de 1939.
Víctor Santos
Prosecretario
de Bella Vista