El ultramaratonista se prepara para la prueba de Buenos Aires

Con el sacrificio y dedicación requeridas para este tipo de aventuras, el ultramaratonista sanducero Jacinto Rivero se prepara con intensidad para la prueba de 24 horas que se llevará a cabo en Buenos Aires, el próximo 17 y 18 de marzo, que puntúa para clasificar al Mundial y para mantenerse entre los mejores del ranking de Uruguay. Hoy el también árbitro de fútbol se encuentra en el sexto lugar.
Después de la participación en el Mundial de ultramaratón que se realizó en julio pasado en Belfast, Irlanda del Norte, “con resultados bastante positivos”, este corredor entró en un período de descanso de un mes, “para recuperar la parte física a causa del desgaste enorme” de esa competencia. En agosto retomó los entrenamientos pensando en la prueba de la capital argentina.
“Quiero buscar la marca (completar los 180 kilómetros, de lo que estuvo muy cerca en Belfast) que me permita el año que viene ir a Grecia a competir en una de las ultramaratones más importante del mundo”, contó Rivero a EL TELEGRAFO. Se trata de la Espartatlón, la carrera que une Atenas con Esparta en una distancia de 246 kilómetros. También “seguir dentro de la zona del ranking que me otorgue la clasificación al próximo Mundial que será en Austria el año que viene. Los nueve primeros (de Uruguay) clasifican”, ahondó.
Además de Buenos Aires, en el horizonte de competencias asoma además Montevideo, el 4, 5 y 6 de mayo, de 48 horas, que puntúa para el ranking. Por eso, en la actualidad está abocado a una etapa de entrenamientos “intensa y dura en cuanto a volumen de kilometraje semanal”.
“Estamos ahora en un promedio de 120 kilómetros por semana y vamos a aumentar en las próximas semanas de enero”, detalló. Para este sábado pasado tenía previsto correr hasta Salto, “para ver cómo respondía el físico, en especial los pies”, la parte más afectada que ha tenido en las distintas competencias, afirmó Rivero.
La cantidad de kilómetros, las horas corriendo, el calor, el calzado y la “parte anatómica” de su propio pie, ha hecho que las ampollas le jueguen una mala pasada en cada certamen. Para ello ha trabajado con una podóloga para minimizar los efectos. El cuidado personal, incluso en las fiestas de fin de año, ha sido “a rajatabla”, agregó. “Es necesario trabajar con profesionalismo, si no, no hay manera (de alcanzar las metas)”, continuó.
Rivero, de 42 años, aseguró que es uno de los más jóvenes dentro de los ultramaratonistas uruguayos. “El récord uruguayo lo tiene uno de 48. Es un deporte que se vuelve muy mental. Si no tenés fortaleza mental dejás a las seis horas. Los jóvenes menores de 30 años casi no hay (en la ultramaratón). Te pasan muchas sensaciones por la cabeza, el abandono siempre es algo permanente durante la carrera. Quizá la experiencia de vida te lleva a fortalecerte, algo que de repente el joven no tiene”.
Danilo Alza, integrante del equipo del ultramaratonista sanducero, recordó que siempre están en una búsqueda permanente de recursos. Incluso, pese a los apoyos de varias instituciones y empresas, Rivero tuvo que acudir solo –sin ayudantes– al Mundial de Irlanda del Norte. “Tenemos que generar recursos para mover todo el equipo”, aseveró. Aprovechó para comentar que no hubo ganador de la rifa que realizaron hace dos meses y que volverán a sortearla junto a la revancha de Reyes, el 19 de enero.