A casi tres años del crimen de uruguayo en Colón aún no se hallaron responsables

Los homicidios son de por sí escabrosos y aclararlos necesita no solo del hallazgo de un autor sino del trabajo comprometido de la fuerza a la que le incumbe. En cambio, cuando las víctimas son personas con un pasado oscuro y cargado de signos mafiosos, hallar un responsable es casi imposible. Al parecer, esto ocurrió con quien o quienes asesinaron de dos balazos y puñaladas al uruguayo Alejandro Patricio Bonfiglio Migues (49), hecho descubierto el 11 de febrero de 2015 en la vecina ciudad de Colón.
El cadáver de Bonfiglio Migues apareció en el Arroyo de la Leche, en un camino vecinal paralelo a la ruta 135, a escasa distancia del acceso al puente internacional “José Artigas”. Fue encontrado, casi de casualidad, por dos personas que buscaban a un familiar con problemas de depresión. Al toparse con un envoltorio sospechoso que parecía contener un cadáver dieron cuenta a la Policía. El cuerpo estaba desnudo, envuelto en varias bolsas y atado a la altura del cuello, la cintura y los pies. Exhibía varios puntazos y dos balazos. No quedaban dudas, se trataba de un crimen.
Al no contar con ninguna identificación ni coincidir su ADN con ningún ciudadano argentino, se intuyó que la víctima sería de otro país y por cercanía no se descartó que se tratara de un uruguayo. Para establecer su identidad, la Dirección Criminalística de la Policía debió apelar a un novedoso sistema para la reconstrucción de las impresiones dactilares, dañadas por el efecto del agua. Los peritos realizaron una maceración de tejidos dérmicos y epidérmicos para reconstruir las impresiones de las huellas dactilares y luego las cargaron en un sistema que les permite compararlas con distintas bases de datos.
Se trata del sistema AFIS (Sistema Automático de Identificación de Huellas Digitales, por sus siglas en inglés), un registro de comparación de huellas dactilares que funciona mediante un software especial y permite el archivado digital de huellas dactilares y la comparación inmediata de las que se vayan recogiendo, sea en forma directa, por toma a las personas o por el escaneo de muestras tomadas en escenas del crimen.
PRESO EN EUROPA
Se desconoce cómo llegó a Colón Bonfiglio Migues, ya que estaba domiciliado en Buenos Aires y no había dejado indicios de que viajaría. Había nacido en Montevideo y desde la adolescencia comenzó a consumir drogas y, a raíz de ello, se desvinculó de su familia, con la que, de todas formas, siempre mantuvo relación. En el año 2012 se radicó en Milán, Italia, donde fue apresado por la policía de ese país. Al salir de la cárcel se mudó a España y allí también cumplió prisión hasta que, al recuperar su libertad, optó por radicarse en Buenos Aires, donde gozaba de una buena situación económica pese a que no se le conocía ningún tipo de actividad formal. En aquel entonces EL TELEGRAFO informó que sin que pesara sobre él ninguna requisitoria, viajaba periódicamente a Uruguay y su último registro de salida del país en dirección a Argentina se remonta al 28 de diciembre, cuando la Policía perdió su rastro hasta el momento en que fuera hallado el cadáver.
En tanto, su última actividad en la red social Facebook, fue registrada un lunes a las 18.35. Allí comentó entre sus contactos que estaría de vuelta el miércoles. Esa alusión lleva a presumir que estaba de viaje y que su destino final era Buenos Aires.
Si bien la muerte de Migues se relacionaba directamente con el narcotráfico, la situación era muy compleja y el tiempo comenzó a pasar sin lograrse respuesta a tantas incógnitas. La causa por el crimen quedó en manos del doctor Sebastián Blanc, pero parecía que se estaba en un laberinto sin salida. De acuerdo a lo informado por el portal 03442, la investigación comenzó a encaminarse tras una serie de averiguaciones realizadas por la Policía de la Departamental Colón, a lo que se habrían sumado pistas que se pudieron hilvanar con la declaración que realizó un antiguo oficial principal de la Policía de Entre Ríos, Néstor Huck, condenado recientemente y que está alojado en la Unidad Penitenciaria P4. Esto llevó a que en mayo del año pasado, los uniformados realizaran un sorpresivo allanamiento en una vivienda ubicada en el barrio Los Bretes –barrio privado de Colón–, ubicado a unos 500 metros al oeste del lugar donde apareciera el cadáver de Migues, que estaría relacionado a un conocido narco apodado “Fierrito”.
El procedimiento, en el cual trabajaron diferentes efectivos de la Jefatura colonense con apoyo del Grupo Especial, se logró el secuestro de dos revólveres calibre .32, varios proyectiles de mismo calibre y del .22, celulares, chips, 2 tablets, un detector de micrófonos y/o cámaras personales, marihuana, alrededor de 130.000 pesos argentinos, y más de 34 mil dólares.
A raíz de lo actuado, fueron trasladados para su identificación una joven de 23 años y su novio de 29, que llegaron a la vivienda cuando finalizaba el procedimiento. Según trascendió, en esta propiedad se halló un placard con doble fondo, con suficiente espacio para albergar a tres personas de pie, de modo de escondite, lo que llamó la atención de los investigadores.
Por su parte, por el momento no se dispusieron detenciones en relación al crimen, pero no se descarta que se siga con otros procedimientos, señalándose que tras lo actuado, se dará intervención a la Justicia Federal de Concepción del Uruguay, para investigar el lavado de dinero y otras aristas que tendrían relación a delitos federales. Lo cierto es que, a casi tres años, nadie ha sido condenado por el crimen con reminiscencias de la mafia que terminó con la vida de Alejandro Patricio Bonfiglio Migues.