Desde enero Paysandú ingresará al Programa de Alta Dedicación Operativa de la Policía

A partir del 1º de enero, la ciudad de Paysandú contará con 25 efectivos policiales seleccionados y capacitados que estarán operando en las conocidas “zonas calientes”, es decir lugares de la ciudad donde ocurren más hechos delictivos. El Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO) permite a la fuerza desplegarse en circuitos compuestos por varios segmentos cuya extensión varía de una a dos cuadras, que son patrulladas por policías a pie. Además, los circuitos son vigilados por personal motorizado y una camioneta que controla el despliegue y actúa como apoyo si la situación lo ameritara.
Para que el PADO pueda ser ejecutado a cabalidad es necesario que las víctimas de hechos de inseguridad denuncien, como lo expresa en cada ocasión el jefe de Policía, comisario general (R) Luis Mendoza. El programa se diseñó en base a un estudio sobre las denuncias ingresadas en el Sistema de Gestión de Seguridad Pública que permite luego trabajar en la georreferenciación y ubicar qué delitos ocurren en cada zona o barrio a fin de implementar medidas de prevención y/o disuasión.
La noticia sobre la puesta en marcha del PADO la brindó el jefe de Policía durante el acto por el 188º aniversario de la creación de la Policía Nacional, que se realizó frente al edificio de la Jefatura sanducera donde, además de la entrega de reconocimientos a policías que pasaron a retiro, en servicio y a las unidades destacadas, hubo tiempo para disfrutar de un desfile de todos las unidades y brigadas de la fuerza. “Este sistema (PADO) combina por un lado el estudio sistemático y la georreferenciación de los lugares donde ocurren los delitos y por otro, un despliegue policial con alta capacidad de adaptación y movilidad”, indicó.
En tanto, Mendoza explicó que a lo largo de estos 188 años, la Policía “ha experimentado transformaciones que le fueron dando una impronta diferente acorde al contexto político y social propio de los momentos que vivió el país. Hoy, en un mundo globalizado, marcado por la evolución de las comunicaciones, la Policía tiene que enfrentar uno de los reclamos más sensibles de nuestra sociedad, que es la reducción del delito, constituyendo un desafío. En este contexto, nuestros esfuerzos están orientados a consolidar una nueva policía, producto de un proceso de reforma integral, sustentando principalmente en la Ley Orgánica Policial que basa sus preceptos en la defensa estricta de los derechos humanos, definiendo la misión específica y la naturaleza de la policía, sus mecanismos de formación y su régimen disciplinario”.
Dentro de las transformaciones estructurales, “se crearon dos Divisiones Territoriales, lo que permitió descentralizar aspectos clave como el patrullaje y la investigación; y el cambio en el modelo de gestión con la aplicación de los compromisos de gestión, sustentados en la obtención de resultados y en las retribuciones variables en función del cumplimiento de sus metas. Un aspecto clave en este proceso es la reforma educativa donde la Dirección Nacional de Educación Policial desarrolló una nueva currícula para todos los escalafones y formación policial. Se han incorporado nuevos sistemas de información, con uso de tecnología avanzada que impacta directamente en la eficacia y eficiencia de nuestro trabajo, destacándose el Sistema de Gestión de Seguridad Pública que permite registrar y analizar la información, producto de las denuncias realizadas”.
Ademas de los cambios mencionados, la nueva legislación “se dirige a transformar el modelo de acción policial, centrado en la reacción y/o represión del delito, hacia uno focalizado en prevenir e impedir, lo que supone desmontar la cultura profesional que históricamente ha primado en la Policía”, sostuvo. (Más información en edición impresa)