Capacitación en apoyo del instrumento logístico

La reciente firma en la sede de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), del contrato para la ejecución por la empresa belga Jan de Nul de los trabajos de dragado de profundización y mantenimiento de los pasos del río Uruguay, reafirma una decisión estratégica que aún con los avatares que se vivieron en el relacionamiento afectado durante la administración de los gobiernos K en la Argentina, implica que los estados se han comprometido a mejorar las condiciones de navegabilidad del río compartido.
El organismo binacional ha llevado adelante consultorías, proyectos y licitaciones con consecuentes realizaciones de obras en los últimos años, que han incluido como la más reciente la apertura del Canal de Casa Blanca hasta el puerto de Paysandú y el Paso Montaña, con sus lechos de suelos duros que demandaron la contratación de la draga cortadora de la empresa belga para posibilitar que se pudiera superar este importante escollo para la navegación y en el caso del canal sanducero, lograr que se incorporara una vía de acceso segura y autodepurante con 19 pies para el arribo al puerto local.
Recientemente se terminó además el trabajo de balizamiento, fundamental para dar seguridad a la navegación por este canal, en toda época del año. Por su parte, los directivos de las empresas que llegan hasta Paysandú, como Naviport, a la que pertenece el portacontenedores Provincias Unidas, han expresado su reconocimento por esta obra, que les facilita sustancialmente la operativa hasta la terminal sanducera.
En el caso de los trabajos que llevará a cabo Jan de Nul, se espera que comiencen en febrero, con la profundización y mantenimiento en el río Uruguay entre el kilómetro 0 y el 206,8, incluido el canal de acceso al puerto de Concepción del Uruguay, una terminal que ha recuperado en gran medida el esplendor de otrora, cuando llegaba un centenar de barcos de ultramar en el año.
No es un emprendimiento menor, y la idea de su magnitud la da el hecho de que requiere una inversión del orden de los 42 millones de dólares, de acuerdo a los términos del proyecto aprobado oportunamente a esos efectos, y se espera que en estos cuatro años de trabajos en los puntos críticos del río Uruguay se pueda potenciar este instrumento logístico compartido por ambos países, habida cuenta de la importancia de la salida hacia ultramar de producciones primarias de ambas orillas de gran volumen y bajo valor relativo, en las que el flete es componente fundamental de los costos.
Y adquiere por lo tanto gran importancia, a efectos de una mejor competitividad, la coordinación, la complementación y la sinergia de puertos de ambas márgenes, procurando maximizar esta vía había quedado relegada durante décadas, sobre todo en el caso del puerto sanducero.
Y ello nos lleva precisamente a otro aspecto ampliamente vinculado a esta problemática, que es no solo incorporar y mantener la estructura logística, local o compartida con los vecinos, sino también la capacitación de recursos humanos y adaptación de estructuras de las empresas al servicio de la coordinación logística, para que la improvisación y la superposición de servicios no implique dilapidar recursos, sino contar en tiempo y forma con lo que procuran las empresas a la hora de hacer negocios y llegar con su producción al lugar de destino.
Esta demanda de recursos humanos en buena medida había quedado a cargo de las propias empresas demandantes y ello se ha hecho sobre la marcha, por lo que los resultados no han sido los mejores y sobre todo se ha tenido que aguardar la finalización de esta capacitación, preparando personal ya contratado y muchas veces no específicamente con el perfil necesario para cumplir con esta tarea.
Es importante por lo tanto el apoyo institucional en cuanto a capacitación de mano de obra y personal técnico para la logística, y en este sentido se están sumando esfuerzos, no todos coincidentes ni coordinados incluso, para los servicios de logística, y de a poco se van “llenando agujeros” en estas carencias en áreas específicas.
Entre los aportes podemos mencionar, entre otros, la licenciatura en logística en la Universidad Católica del Uruguay, y en Paysandú, por citar un ejemplo local válido, la incorporación de una opción educativa mediante un convenio de cooperación entre la UTU y el Instituto Nacional de Logística, del Polo Tecnológico Regional Norte de la UTU.
La logística, más allá de avatares, debe sustentarse en pilares como el marco legal y fiscal, la infraestructura, la educación y el conocimiento. En nuestro país, con el paso de los años, la logística es considerada con el convencimiento de que debe establecerse una política de Estado, para poner énfasis en las ventajas competitivas que tenemos, pero a la vez asumir que es un mundo absolutamente dinámico, que requiere de una respuesta educativa y de personal capacitado para aprovechar las oportunidades del país, y para dar respuesta a las necesidades de los operadores.
Por lo tanto la capacitación es clave e involucra desarrollar profesionales para la gestión, operaciones y estrategia, de una de las disciplinas más importantes de este país, y actividades interrelacionadas, como la distribución y el transporte, en la perspectiva de la inserción local y la proyección internacional de los recursos humanos preparados con este fin.
Sobre todo, tener en cuenta que la logística involucra variados aspectos de carácter estructural y coyuntural, pero sobre todo la infraestructura perdurable y en desarrollo, que no se genera de un día para el otro, porque requiere proyectos de carácter integral y fuentes de financiación para ejecutarlos. Pero además deben trascender un período de gobierno o un escenario coyuntural, apostando a escenarios sustentables y en expectativa y posibilidades de futuro.
No puede obviarse que la logística es un instrumento de apoyo al sector productivo, que mueve más de mil millones de dólares anuales en el Uruguay, con no menos de 14.000 puestos de trabajo en todo el país, y que comprende sectores muy diversos, pero coincidentes en el objetivo de mejorar la competitividad y por lo tanto de favorecer la concreción de negocios de importación y exportación vitales.