Una reforma en la que no se debe improvisar

En rueda de prensa en su reciente gira por México, el presidente Tabaré Vázquez formuló apreciaciones relacionadas con reformas pendientes en el Uruguay, y mencionó el diseño de una segunda generación de reformas, que no solo incluirán a la ya anunciada para el área de la salud, sino que el equipo de gobierno está trabajando en una serie de proyectos para introducir cambios en otras áreas, entre ellas el sistema de seguridad social.
El mandatario evaluó que si no se toman medidas el sistema de seguridad social caminará hacia un colapso, y de llegarse a este escenario las consecuencias serán aún más negativas para la sociedad.
Expuso Vázquez que “avanzar en una segunda generación de reformas, también en el sector fiscal se tiene que vislumbrar. Y también en la seguridad social donde necesariamente el Uruguay va a tener que encarar una serie de reformas para hacer sustentable y sostenible en el tiempo esos sistemas que otorgan beneficios para la sociedad con políticas públicas”.
Debe tenerse presente que en el marco de las reformas de seguridad social, los sucesivos gobiernos frenteamplistas ya hicieron correcciones en todas las cajas de seguridad social, con la excepción en el sistema de pensiones y jubilaciones de los militares retirados. Por eso el Poder Ejecutivo envió al parlamento dos proyectos de ley para reformar la Caja Militar.
Más allá de eufemismos, el Banco de Previsión Social (BPS) está en una situación delicada en su proyección para las futuras generaciones de beneficiarios, e incluso el gobierno está implementando correcciones para los autodenominados “cincuentones” que están en el régimen mixto de jubilación, con las AFAP, y que se centra en que beneficiarios comprendidos en determinada gama de edad, entre los 50 y los 60 años, han quedado atrapados en el régimen de transición y cobrarán pasividades por debajo de lo que percibirían si se les liquidara la prestación por el Banco de previsión Social.
Por otra parte, Vázquez dijo que las medidas que se están adoptando para los militares retirados son necesarias. “Si no se toman medidas, todos los uruguayos nos tendríamos que lamentar la ruptura de todo el sistema; para evitar males mayores se toman estas medidas”, explicó. El jefe de Estado aclaró que una opción que podría tomar su administración es “dejar correr” la situación y no hacer nada. “Pero esto va inevitablemente a la quiebra. No queremos que quiebre el sistema de seguridad social”, remarcó.
Puntualizó el presidente que hay momentos en la gestión del país donde se tienen que tomar medidas cuyo impacto en parte de la sociedad es duro y para eso dijo que se hace un análisis de riesgos y evitar perjuicios mayores en el futuro cercano.
Por un lado, llama la atención que el presidente salga urbi et orbi a reconocer que el sistema previsional va rumbo al colapso, cuando hasta no hace tanto las autoridades del gobierno como el Pit Cnt insistían en el “superávit” del Banco de Previsión Social o, más tarde, que el referido banco se autofinanciaba y que no tenía déficit, obviando nada menos que los 7 puntos del IVA de todo el consumo nacional que se lleva la institución para poder financiarse.
De todas formas, es plausible que el mandatario tenga visión de Estado sobre la necesidad de avanzar en áreas en las que se deben trazar objetivos de mediano y largo plazo, para lo que es preciso inevitablemente acordar con el resto del sistema político, para asegurar que las decisiones que se tomen sigan su rumbo por encima del partido que esté en el poder.
Los antecedentes sobre grandes reformas, sin embargo, no son alentadores, porque en su primer gobierno, al asumir, Vázquez prometió encarar la “madre de todas las reformas” del Estado, pero las acciones estuvieron muy lejos de los anuncios, y la resistencia de los sindicatos estatales, así como de la mayor parte de la dirigencia de la coalición de izquierdas, hizo que ni siquiera se encarara una “reformita” en la cáscara del Estado. El mandatario prefirió comprar tranquilidad sindical antes que hacer lo que tenía que hacer.
La reforma de la seguridad social empero tampoco es un tema de fácil dilucidación, porque dentro del gobierno hay sectores que tienen posturas contradictorias, y la dirigencia radical, sobre todo, aspira a eliminar las AFAP y volver al sistema único del Banco de Previsión Social, con los ojos puestos en hacer caja con los miles de millones de dólares que los trabajadores tienen en sus cuentas personales en las AFAP.
Una muestra de ello es el proyecto para contemplar la situación de los cincuentones. La solución que se propone desde sectores del Frente Amplio, tiende a pasar a los damnificados al BPS, sin reparar en los gravosos costos, y sin tener en cuenta si todos serán beneficiados, porque se parte de que ello significaría el traspaso directo de fondos desde las AFAP y estas administradoras de fondos previsionales son cuestionadas por estos grupos de izquierda.
Ello da la pauta de que hay quienes solo ven la “solución” a través del cristal de su mirada ideológica, que tiene como meta vaciar las AFAP o hacerlas desaparecer, cuando en el caso específico de los cincuentones podría pensarse en una ley que permita que llegado el momento de acogerse a su pasividad, cada beneficiario elija la forma en que se liquide su pasividad de acuerdo a sus intereses.
Y en lo que refiere a la reforma de la seguridad social para evitar los problemas derivados de los recursos hacia la Caja Militar, el enunciado de Vázquez respecto a que hay que empezar a pensar y elaborar soluciones, sin dudas que debe ponerse énfasis en que la desfinanciación del BPS es una amenaza cierta por el desfasaje entre ingresos y obligaciones, con un fuerza laboral que no llega al porcentaje mínimo para hacer sustentable el sistema de estas características.
Pero el mandatario debe empezar por buscar acuerdos dentro de su fuerza política, sin voluntarismos que solo agravarán el panorama para el futuro, y asumiendo además que habrá que pagar un costo político, porque uno de los elementos en juego será sin dudas el aumento de la edad de retiro y otras exigencias para los futuros pasivos.