Primer coloquio de educación rural en Paysandú

En el Instituto de Formación Docente (IFD), se llevó a cabo el primer coloquio de educación rural en Paysandú, en cuya organización participaron la Inspección Departamental de Primaria a través de la maestra responsable Capder (Centro de Apoyo Pedagógico y Didáctico de Escuelas Rurales) y por el IFD.
El coloquio, que contó con la participación de la inspectora departamental, Liliana Pereira; de la directora del IFD, Silvia Grattarola; y del director del Departamento de Educación para el Medio Rural, Limber Santos, estaba destinado a maestros urbanos y rurales, y a estudiantes magisteriales, pero también estaban presentes algunos educadores sociales, docentes orientadoras educacionales del instituto y adscriptas de los liceos.
En esta instancia, que se efectuó por primera vez en la ciudad, se narraron experiencias significativas vinculadas con las escuelas rurales. Se dio la particularidad de que un hilo conductor importante fue la práctica de los estudiantes de Magisterio que este año hicieron en distintas escuelas rurales del departamento.
Los propios estudiantes narraron experiencias de la práctica, tareas de investigación y de indagación. “Los maestros acompañaron hablando de proyectos de sus escuelas o de los agrupamientos, que algunos son más de orden social y otros más vinculados con la enseñanza y la didáctica”, explicó Santos. “Los coloquios tienen ese propósito, compartir una experiencia a través de las narrativas, algo muy sencillo, pero que resulta muy significativo para que todos, en primer lugar, tengan conocimiento de lo que se hace en educación rural en el departamento. También que todos aprendamos de todos”, añadió.
Actualmente, en el plan de maestros del IFD, los estudiantes magisteriales realizan una pasantía de cuatro o cinco semanas. En tanto, en cuarto año tienen un seminario de educación rural, que es preparatorio de esa pasantía. “Eso hace que trabajemos en estrecho contacto, porque esas pasantías las realizan en escuelas públicas del medio rural y siempre decimos que es una experiencia de muy alto impacto para los estudiantes magisteriales”, señaló Grattarola.
“Se vinculan con nuevas formas de enseñar y de aprender, que solo se pueden vivir en la escuela rural, en lo que se llaman salas multigrados, donde conviven niños de diferentes edades y todos tienen que aprender con calidad”, agregó la directora del IFD.
ALGUNAS CONCLUSIONES
Una de las conclusiones que se obtuvo del coloquio es que en la escuela y en el medio rural en general “se hacen muchas cosas y se desarrollan múltiples experiencias muy ricas. No es como a veces sucede, desde algunas miradas urbanocéntricas, que piensan que en el campo no pasa nada, que no hay nadie”, subrayó Santos.
Es evidente que en el campo hay menos población que antes y las escuelas rurales son más pequeñas, sin embargo “siguen pasando cosas, se desarrollan experiencias y actividades que tienen mucho para aportar, no solamente para otros maestros rurales, sino para las escuelas urbanas”, agregó. “Lo que la educación rural aporta es para la educación toda y en eso el lugar de la escuela sigue siendo muy importante”, puntualizó.
Una segunda conclusión es que “históricamente las escuelas han tenido un lugar de mucha importancia para las comunidades rurales, porque son la única presencia del Estado, de lo público y eso se sigue dando hoy. Para la mayor parte, la escuela significa mucho en la vida cotidiana de las familias y de la propia comunidad. Eso tiene un efecto contundente sobre la acción de los maestros”.