Municipal presentó denuncia penal; podrían ser culpables el autor de amenaza y la intendencia

“¿Qué va a esperar la intendencia? ¿Qué le maten un funcionario? Y aún así, ¿seguirá diciendo que no es responsable por la ley 19 196?”, dijo la abogada Cristina Zeni, quien junto a Silvia Cabrera patrocina a J.J., el funcionario municipal que a las 10.30 del miércoles pasado fue amenazado de muerte en el Vertedero Municipal por un hurgador al que “conoce de vista, porque aunque teóricamente la intendencia no debería permitirles acceso, entran cuando quieren y hasta si les parece viven ahí”.
En la tarde de ayer, las profesionales presentaron denuncia penal en la Fiscalía, siguiendo el régimen previsto por el nuevo Código del Proceso Penal (CPP), exponiendo los hechos ocurridos en el vertedero, con la opinión de que se violó la ley 19.196, de responsabilidad penal del empleador, y los artículos del Código Penal 171 (atentado) y 288 (amenazas), ambos punibles con entre tres meses de prisión y tres años de penitenciaría, por lo que son excarcelables. Con esto abren posibilidades de que sean castigados tanto el autor de la amenaza de muerte como la propia intendencia –penalmente– por incumplimiento de sus deberes como empleador.
El énfasis está en la actitud de la intendencia “claramente en falta, porque se trata de un empleado en su lugar de trabajo, en funciones dentro de su horario de trabajo, en relación de dependencia. En este caso el empleador es nada menos que la Intendencia Departamental de Paysandú. Esta situación se enmarca dentro de lo establecido por la ley 19.196”, dijo Zeni. “Es cierto, hay una parte de la doctrina que sostiene que la ley solo se aplica al empleador privado, pero hay otra parte -muy importante- que destaca que debe aplicarse también a los organismos públicos. El hecho es que la ley no los excluye de manera explícita y solamente se refiere a ’empleador’. En este caso hay una situación de subordinación y dependencia muy claras”, agregó.
“Lo que realmente pasa –destacó la abogada defensora– es que en el vertedero el orden no está en manos de los empleados sino de los hurgadores, que hacen lo que realmente quieren. En consecuencia, no solamente J.J., nuestro asistido, está en peligro, sino todos quienes allí trabajan. Y diariamente, no solamente por la contaminación ambiental, sino por el riesgo constante ante personas que consumen cualquier cosa que encuentran –pastillas, bebidas, lo que sea– y llega un momento que pierden el control y se tornan sumamente peligrosas”.

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