Juan Martínez Escrich, empresario del sector hotelero en la costa Este del país, preside la Cámara Uruguaya de Turismo. En el ejercicio de esta función, asistió a la Feria Internacional de Turismo de Buenos Aires. En un descanso de sus actividades, se prestó para analizar las perspectivas del sector, sobre todo pensando en lo que se viene: una temporada veraniega que se espera con optimismo.
Martínez reclama que se deje de hablar de “la temporada turística”, porque es un concepto que debe quedar atrás. “Yo soy uno de los que más peleo que temporadas son todas en Uruguay, por suerte. Podemos dividir la temporada de playa, la temporada termal, la temporada histórica, la temporada que hay reuniones. Para nosotros son todas temporadas, entonces si hablamos de temporada porque viene el verano y la gente va a la playa, creo que le estamos dando la espalda a todo el resto del país y eso no está bueno”, dijo.
De todos modos, reconoció que el crecimiento de la economía Argentina ayuda. “Ya hay muchas reservas concretadas, hay un mes de enero a nivel de hotelería con gran parte de la capacidad colmada, así que las expectativas son enormes”, indicó.
Para el presidente de la Cámara, es importante cuidar al visitante y se anticipó a una polémica de todos los veranos en el Este: los precios. “Nos vamos de mano, creemos que como viene la gente hay que aprovechar el momento. Ahí es cuando estamos generando la debacle, la pérdida de todo el futuro, de toda la construcción que se ha hecho en turismo, así que hago un llamado a que prime la cautela, la responsabilidad, a cuidar los precios, a cuidar al turista, a tratarlo bien”, pidió.
COMPETENCIA
Martínez también llamó a evitar la competencia por las “chacras chicas” y a entender que el sector hoy se ha vuelto extremadamente competitivo entre destinos a escala global. “Ese trabajo de diferenciarse, de marcar por qué venir a Uruguay no es un tema fácil, porque otros destinos tienen muchas bellezas naturales y recursos naturales que Uruguay no tiene: no tenemos grandes cataratas, no tenemos nieve, no tenemos Patagonia, no tenemos unas playas espectaculares con aguas cálidas como hay en el Caribe. Sin embargo, marcamos una diferencia en otros aspectos que tenemos que cuidar”, afirmó.
Entre estos valores diferenciales, enumeró “la seguridad, la amabilidad de la gente, de la paz, la tranquilidad que hay para poder vivir, el contacto con la naturaleza”. Agregó que “el turismo pasa por dar la experiencia de tu vida, aquello que no te olvidás nunca y lo llevás en la memoria eternamente. Es la mejor experiencia que podés tener, para la que hay que dar una satisfacción, hay que dar experiencias permanentemente nuevas y removedoras y por ahí pasa el tema”.
Entre los valores diferenciales que puede ofrecer Uruguay está “encontrarse con la familia, aquella gente que por la actividad laboral no lo puede hacer. Uno ve llegar a un argentino con un estrés, con una agresividad, con una euforia, que le decís ‘pará, bajá un cambio, llegaste a Uruguay, bajá, acá estamos en otro ritmo, somos más slow’. Es darle esa idea de que tiene una experiencia que valga la pena. Calidad de vida”.
A esto, dijo, hay que cada vez más dotarlo de cosas nuevas, distintas, para complementar. “No alcanza con las playas, no alcanza con el turismo histórico, no alcanza con las termas; sigamos agregando cosas, agreguemos bodegas, plantaciones de arándanos, de naranjas, que la gente encuentre un contacto distinto, que venga a ver algo distinto en un ambiente distendido”.
BENEFICIOS
Martínez advirtió que el gobierno salió en mal momento a plantear la revisión de los beneficios fiscales que se ofrece a los visitantes. “No fue el momento más oportuno para tirar el tema”, dijo. “Estamos viniendo a Argentina a promocionar eso, a decir que un diferencial también son los precios, que estamos competitivos en precios, no exportamos impuestos, se los devolvemos si los llegan a pagar o no se los cobramos, como en el caso de la hotelería y creo que no es el momento cuando estamos captando, mostrando eso, decirles ‘señores, estamos por sacarlo’. Creo que no fue el momento más feliz”, planteó. (Más información en edición impresa)
