Prevención y cambios que cuestan

Con diferentes actividades en todo el país se desarrolló hasta el pasado domingo la Semana Nacional de la Seguridad Vial, que tiene lugar cada año en la segunda semana del mes de octubre, con la finalidad de concientizar sobre este tema. En Paysandú, en estos días se han producido frecuentes accidentes de tránsito en las calles afectadas por el nuevo sistema de circulación preferencial, lo que demanda un llamado de atención y mecanismos de educación a la población dado que los cambios de hábitos no se modifican por decreto más allá de las normas vigentes.
Uruguay ha venido realizando en los últimos años, y fundamentalmente a partir de la Unidad Nacional de Seguridad Vial (que acaba de cumplir 10 años de existencia) y sus filiales departamentales, una serie de acciones que –acompañadas de la introducción de nueva legislación– está obteniendo buenos resultados en el marco de una estrategia nacional para la prevención de accidentes de tránsito.
En este sentido y el marco de la referida Semana de la Seguridad Vial, el prosecretario de Presidencia de la República, Juan Andrés Roballo, destacó la importancia para el Gobierno de las políticas públicas que tienen como centro a la persona humana y su dignidad, como la que ha llevado a cabo la Unidad Nacional de Seguridad Vial para prevenir y disminuir los accidentes de tránsito.
En Uruguay, el tránsito no es un tema menor. En este sentido, el presidente de la Unasev, Fernando Longo, recordó que la siniestralidad produce consecuencias alarmantes para el país, como ser la causa del fallecimiento de uno de cada tres jóvenes de entre 15 y 29 años. No obstante, destacó que se ha logrado abatir el número de fallecidos de 630, en 2007, a 446, en 2016.
Aunque los esfuerzos que se realizan en materia de prevención de accidentes de tránsito han determinado que en el primer semestre de este año el total de personas fallecidas en este tipo de siniestros mantenga la tendencia a la baja desde 2011, las últimas cifras oficiales –de carácter preliminar y semestral– indican que entre enero y junio pasado se registró un aumento de 10% respecto de igual lapso de 2016, lo que disparó cierta alarma y generó preocupación.
Hasta mediados de este año, 13.875 personas habían resultado lesionadas y 239 fallecieron a causa de un siniestro de tránsito. Los accidentes continúan afectando especialmente a los motociclistas, dado que el 60% de los lesionados circulaba en moto, mientras que un 19% lo hacía en auto y un 12% eran peatones, en tanto que el resto lo hacía en otros medios de transporte.
En el marco de la creación de instrumentos legales que impacten en la disminución de la siniestralidad, de acuerdo a lo informado por el gobierno nacional, se trabaja en definiciones de nueva normativa para contar con vehículos más seguros.
En este sentido se incorporará, seguramente para el año próximo, la situación de ciclistas y peatones dada la existencia de vacíos legales al respecto. Asimismo, se analiza la introducción de nuevas exigencias tales como el control electrónico de seguridad, apoya cabezas en los asientos traseros de los vehículos, neumáticos certificados y la implementación de frenos con sistema antibloqueo de ruedas (ABS) y de sistema de frenada combinada (CBS) en motocicletas, entre otras novedades.
En otro orden, un importante avance en la materia es la adhesión de la mayoría de las intendencias al Plan Nacional Operativo de Seguridad Vial, que implica el compromiso de descender 10% la cantidad de lesionados al 31 de diciembre próximo.
Dicho plan es promovido como una guía para favorecer el proceso de planificación y ordenamiento de acciones concretas en torno a la seguridad vial, en la búsqueda de lograr las metas nacionales respecto al descenso de la siniestralidad vial comprometido por el país en los foros internacionales.
Aunque reconoce las acciones que se han implementado y que han arrojado resultados positivos en el descenso de lesionados y fallecidos en el tránsito, gracias al esfuerzo de distintos actores institucionales y una mayor concientización de la población, el plan impulsa el alcance de nuevos logros a través de la construcción colectiva con los distintos gobiernos departamentales, sus cuerpos fiscalizadores, los del Ministerio del Interior y las Direcciones Departamentales de Salud dependientes del Ministerio de Salud, las Unidades Locales de Seguridad Vial y el trabajo de la sociedad civil nucleado en organizaciones comerciales y culturales, entre otras.
El plan enfoca tres pilares básicos: la fiscalización y control del cumplimiento de la normativa de tránsito de los cuerpos inspectivos departamentales y nacionales, la coordinación de los recursos del área de la salud a la hora de activar medidas preventivas o de respuesta sanitaria frente al fenómeno de la siniestralidad vial y, por último pero no menos importante, la comunicación y educación respecto a los aspectos preventivos a tener en cuenta en la movilidad cotidiana de la población.
Algo que impacta directamente en los aspectos preventivos vinculados a la movilidad diaria de la población, son las modificaciones en la circulación. Lo hemos visto claramente en Paysandú a partir de la incorporación de nuevas calles de circulación preferencial y el aumento de accidentes en cruces de las mismas desde la entrada en vigencia de estas modificaciones.
En concreto, en las nuevas preferenciales se registran frecuentes accidentes, algunos con lesionados de gravedad, ocurriendo prácticamente todos los días algún incidente de diversa entidad en algún cruce de estas características ya que pese a la cartelería indicativa muchos conductores no respetan la prioridad de paso.
La situación preocupa y si bien es absolutamente necesario que cada persona asuma su responsabilidad en la conducción, y se ocupe de informarse y tener un comportamiento adecuado en la vía pública para generar menos siniestros, cabe preguntarse si no corresponde la incorporación de medidas adicionales, como podría ser una presencia más activa de personal de la Dirección de Tránsito en estos cruces al menos por un período prudencial y con una función más bien educativa y preventiva. Además, podría ser más efectivo pintar sobre el asfalto la señal de “Pare” bien definida, para asegurar la correcta visualización de la preferencia.
Como es sabido, los cambios de hábitos involucran la modificación de comportamientos arraigados y aspectos culturales que llevan su tiempo. Del aporte de todos y cada uno a la construcción del tránsito que hacemos entre todos, dependerá que este tipo de accidentes dejen de ocurrir en un futuro próximo y que las modificaciones vigentes constituyan una ventaja en lugar de un motivo de preocupación.