A los blancos “los ratones les comieron la lengua”, asegura Álvarez Petraglia

“Sorpresa” y “profundo malestar” dijo sentir Federico Álvarez Petraglia, titular de Asesoría Letrada y director de Tránsito, tras conocer que la bancada del Partido Nacional decidió “llamarse a silencio” tras la denuncia ante la Justicia Penal que involucra a uno de sus integrantes.
Álvarez Petraglia subrayó que “en los casos de (Raúl) Sendic, Ancap, ALUR, donde existen denuncias penales y actuación de órganos del Poder Judicial, (los ediles del Partido Nacional) nunca esperaron que se pronunciara la Justicia para dar sus opiniones”; y dijo que esa actitud está bien: “entendieron la diferencia de responsabilidades de uno y otros”.
“Una cosa es la responsabilidad penal y otra muy distinta la política”, aseguró. Desde su punto de vista, “ellos no integran el Poder Judicial, razón por la cual no tienen por qué esperar resoluciones de órganos de ese poder del Estado”, tal como ocurrió con Sendic. “Pero es obvio, es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio”.
“Este llamado a silencio” equivale –según Álvarez Petraglia– “a reconocer que un integrante, Pablo Bentos, tiene la camioneta Toyota Tacoma hace más de cinco años en su poder y que ha circulado sin abonar el tributo de patente de rodados”.
La bancada del Partido Nacional “debe –y no hizo– emplazar al edil Pablo Bentos a que traiga la camioneta a la Intendencia Departamental de Paysandú y que, sin más vueltas, la empadrone y pague la patente que adeuda”.
El encargado de Asesoría Letrada subrayó, con énfasis, que “(Pablo) Bentos les debe a todos los sanduceros al menos 176.000 pesos que eludió pagar mediante una maniobra fraudulenta que contó con la complicidad del director de Tránsito anterior y la de su padre, el exintendente Bertil Bentos”. Avanzando en su razonamiento, se preguntó, de manera retórica: “¿Y por qué nombro al exintendente?” Y respondió: “Por la sencilla razón de que este ‘regalo’ no se lo dieron a Federico Álvarez (Petraglia) ni a Juan Pérez, no, señor; se lo dieron a Pablo Bentos. Por la simple circunstancia de que era hijo del intendente del momento, lo que implica un uso clientelar de los dineros públicos y de un manejo de la administración como si fuera de su propiedad, lo que pone a las claras cuál es la concepción que cada uno tiene de la cosa pública”.

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