Samuel Bocanegra y una larga carrera por la paz

En 2001 pisó una mina antipersona cuando luchaba junto al Ejécito colombiano contra la guerrilla de las FARC. Su pierna izquierda quedó fracturada y al infectarse –la mina tenía materia fecal, justamente para provocar eso a las víctimas– se la debieron amputar hasta por encima de la rodilla. Después de un tiempo, el sargento Samuel Bocanegra decidió salir a correr a través del continente por la paz y a hacer un llamado a todos los países para que tomen conciencia sobre la necesidad de reconstruir Colombia y Sudamérica.
La aventura, que le llamó “Suramérica corre”, consta de 200 etapas en 200 ciudades de ocho países. Y “Paysandú es parte de nuestro recorrido”, comentó Bocanegra a EL TELEGRAFO. Vestido con remera blanca, gorro, short negro y championes, dejaba ver lo que las FARC le habían provocado. Llegó acompañado por Alex Varón, de su equipo, y en la ciudad se encontró con los colombianos residentes.
El itinerario comenzó en Santiago de Chile y pusieron rumbo al sur, donde arribaron a Rancagua, Puerto Montt, para luego pasar por Argentina, adonde conocieron Bariloche y Buenos Aires, entre otras urbes argentinas. Para la etapa número 33 ya estaban en Montevideo, y desde allí fueron a Ciudad del Plata, Libertad, San José, Trinidad y Paysandú. Más tarde, proseguirán hacia el norte hasta llegar a Bella Unión, por donde abandonarán Uruguay. Desde Brasil se conectarán con Paraguay, y después Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia.
“La filosofía de la carrera es correr entre pueblo y pueblo, pero si hay mucha distancia lo que hacemos es hacer una maratón de 42 kilómetros y paramos. Entonces, me recoge el vehículo y me lleva al pueblo. En Argentina, tuvimos que hacer avanzadas de hasta de 400 km en auto. En Colombia haremos etapas de 21 km en 42 días. Ahí no habrá necesidad de subirse a un auto”, aseguró el atleta.
El descanso está planificado para uno o dos días a la semana, dependiendo las etapas. En la de Libertad a San José, Bocanegra se lesionó, la media que le cubre la zona amputada le “falló” y le provocó “una peladura”. “No podía andar muy bien y prolongamos dos días más de descanso acá en Paysandú, con la comunidad colombiana. Bajo la protección de ellos, vamos a recuperar las fuerzas y energías, y curar la peladura que tengo”, relató.
“A veces hacemos jornadas de diez días sin descanso. Llegamos, vamos al hotel, descansamos, saludamos al gobierno de turno y salimos para la siguiente etapa, y así sucesivamente en cada ciudad”, explicó Bocanegra quien comenzó a correr en 2004, momento en que debido a la pérdida de la pierna había aumentado mucho de peso. Llegó hasta los 110 kg. “Empecé a correr y volví a vivir. Me especialicé en muchas disciplinas, hago triatlón, parapente”.
MUCHO ESFUERZO
El éxito de esta iniciativa es fruto de mucho esfuerzo. Bocanegra dijo que al realizar el presupuesto previo, contaban con la colaboración de algunas instituciones, como el Ejército, pero al final todos se echaron para atrás y no consiguieron nada. En un equipo de 15 personas, casi todos, incluida una nutricionista, debieron quedarse en Colombia al momento de la salida del atleta hacia Chile. “La plata no nos daba y aquí venimos con recursos propios. Con la pasión de los colombianos de hacer realidad los sueños. Vamos con lo que nos da el día y demostrando que las cosas se pueden lograr”, aseveró.
En ese aspecto, la alimentación no es la más recomendada para la alta exigencia deportiva. Mucha pizza, pastas, sandwiches y refuerzos. Pero Bocanegra sabe salir adelante, de todos modos. “Estamos rompiendo los mitos, las reglas, las estadísticas, que tanto porcentaje de proteína, que el cereal, que los carbohidratos”, indicó. “Hay días que no podemos desayunar o almorzar”, añadió. Al atleta también lo acompaña Graco, un lazarillo entrenado en búsqueda y rescate, en caso que surja algún “evento que sea difícil” para Bocanegra.
El colombiano también reflexionó acerca del conflicto armado que ha padecido su país durante cinco décadas.
“Hoy me doy cuenta de cómo funciona la guerra, y concluyo que no tiene sentido. Por esa razón, estoy hoy convocado a todos los atletas, amigos y gobiernos para que se unan conmigo a un clamor, a una voz: que Colombia tiene que ser reconstruida, que Sudamérica también. Colombia necesita la paz, una paz con justicia, una verdadera paz. No negociada, ni mentirosa ni engañosa, que restablezca la dignidad del pueblo colombiano”.