Modelo de gestión de la Policía de Paysandú en ámbito rural será extrapolado al resto del país

“Es clave que la policía sea dinámica en el medio rural y que esté junto a la gente”. La frase corresponde al jefe de Policía de Paysandú, Luis Mendoza, quien en el marco del seminario “El negocio ovino”, organizado por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y desarrollado en las instalaciones del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), resaltó la labor policial del departamento, cuyo modelo de gestión será extrapolado al resto del país. La actividad contó con una amplia participaron de público y se desarrolló en cuatro módulos temáticos: mercados, fortalecimiento y acciones interinstitucionales, rentabilidad y los sistemas productivos de Uruguay.
El jefe de Policía del departamento estuvo acompañado en la mesa “Fortalecimiento del rubro ovino y acciones interinstitucionales para superar limitantes” por el subsecretario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), ingeniero agrónomo Enzo Benech, la doctora Fernanda Maldonado por el Plan Estratégico Nacional del Rubro Ovino (Penro), el doctor Daniel Castells por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y el fiscal de Corte, doctor Jorge Díaz. Se trataron temas referidos la Comisión de Tenencia Responsable y Bienestar Animal (Cotryba) y abigeato. “Es fundamental que la gente denuncie los delitos y, para ello, tiene que confiar en la Policía”, subrayó Mendoza en su alocución. Por eso, se refirió a los patrullajes permanentes en zonas rurales y estableció que, en 2017, se han realizado 95 denuncias de abigeato y 457 denuncias por mordeduras de perros.
PRIORIZAR EL COMBATE
El fiscal de Corte, Jorge Díaz, manifestó durante su exposición que es fundamental priorizar el combate a una demanda que promueva el delito de abigeato, porque ese factor es lo que incentiva que haya una oferta ilícita. El trabajo se desarrolla en lo que denominó una persecución criminal estratégica, en busca de continuar hasta el último eslabón del delito y concientizar a los jueces y a los policías. Mencionó que su gran y primera tarea desarrollada fue la de tratar de concientizar a los operadores del sistema de Justicia de la importancia del delito de abigeato. Díaz entiende que es necesario encarar jornadas de capacitación, porque la gran mayoría de jueces y fiscales proviene de las ciudades y desconocen cómo funciona el negocio rural. Precisó que cualquier juez o fiscal conoce el valor de una bicicleta o de un auto, pero seguramente desconozca el valor de un lanar o de un vacuno. Pero tampoco sabía de otros elementos básicos en este negocio, como lo son la marca de un ganado o la guía de propiedad y tránsito.
Para el profesional, también es necesario fortalecer la plantilla de fiscales en el interior del país, en el marco de un proceso de descentralización estratégica del delito. Y afirmó que hay algo bien claro: si se roba, es porque hay alguien que compra. El abigeato se asocia generalmente con una faena clandestina y luego con un mercado ilícito de carne, pero termina muchas veces ingresado al mercado lícito.
CHIPEADO DE PERROS
Con respecto a las jaurías de perros, Enzo Benech dijo que aún no hay fecha definida para comenzar con el chipeado de los perros, pero este comenzaría antes de fin de año. “Estamos en este momento con la capacitación de los veterinarios y llevamos más o menos 300. Se habían anotado 600 en la primera tanda, ahora se va a abrir una segunda, porque van a ser los veterinarios los responsables de chipear y cargar la información”, expresó. El jerarca explicó que solamente chipear los perros sin realizar la carga de la información de su responsable “no sirve de nada” y “en el país hay perros chipeados, pero nadie tiene la base de datos, entonces no se gestiona”. Con respecto al comienzo de esta etapa de identificación electrónica de los canes, comentó que “ni bien terminemos la capacitación vamos a lanzar un período de chipeado obligatorio para todo el mundo y luego vamos a avisar cuando empecemos con la fiscalización”.
MEJORAR RENTABILIDAD
Uno de los aspectos en el que se hizo hincapié durante el seminario, cuando se plantearon los problemas, oportunidades y desafíos del sector, fue que “con el stock actual, se deben generar más kilos de producto para mejorar la rentabilidad y abrirse mercados desde el punto de vista sanitario, bajando aranceles en destinos clave para competir mejor con Australia y Nueva Zelanda, que tienen tratados comerciales”. Indudablemente, el ovino continúa como un buen negocio, pero todavía hay espacio para crecer en valor, apoyándose más en las certificaciones de procesos y en la rebaja de aranceles, principalmente para la carne ovina uruguaya en algunos mercados clave.
El panel estuvo integrado por el gerente de Frigorífico San Jacinto, Gastón Scayola, la licenciada María de la Paz Bottaro por el SUL, Mariana Losada del Instituto Nacional de Carnes y Facundo Rovira por la industria Tops Fray Marcos.
Scayola solicitó a los productores “desestacionalizar la producción a lo largo del año” y evitar la concentración de la faena entre octubre y diciembre. “La concentración sobre finales del año genera presión sobre los compradores y no permite estar presente en las bocas de salida del mundo, que son los restaurantes de alto nivel”.
OVINOS: UNA ALTERNATIVA
El ingeniero agrónomo Diego Varalla, de la consultora privada Apeo, expuso durante el módulo la rentabilidad del negocio ovino. Indicó que observa el rubro ovino “con mucho optimismo”, desde el punto de vista económico y, en cuanto a la rotación soja-puente verde, ya está demostrado que el sistema, por diferentes motivos, no camina y tiene un montón de falencias. Entonces, la incorporación de pasturas en el maíz es una realidad, aspecto basado en las relaciones de reposición en la ganadería.
Varalla manifestó que un sistema “soja-puente verde nos da 360 dólares de margen bruto, un 90% de rentabilidad sobre capital de giro antes de la renta y antes de la tierra, y cuando se decide realizar una invernada vacuna –que en esa hectárea rondamos los 400 kilos de carne–, generamos entorno de los 380 dólares, pero bajamos la rentabilidad al 45%, porque tenemos cerca de 900 dólares de capital de hacienda amortizada por hectárea”.
El analista señaló que la consultora visualiza el rubro ovino como una alternativa a esas dos opciones mencionadas, con la invernada de corderos en dos etapas. “La primera invernada sería en enero-junio y la segunda, de julio a fin de año”. En estos casos, la primera etapa dejaría al productor “180 dólares por hectárea y, en la segunda invernada, se ganan cerca de 700 dólares por hectárea con una carga de 25 corderos por hectárea”. Por ello, amortizada la pastura en el año, el productor tendría un ingreso “cercano a los 800 dólares. Eso hace a un número que multiplica por 2,5 veces el resultado de la soja y el resultado de la ganadería, entonces vemos en el negocio del cordero una oportunidad y la restricción para no hacerlo es no económica”.