Catastróficas e históricas inundaciones afectan a Houston; sanduceros se encuentran bien

(Especial, por Lorena Castellano Rivero). El estado de Texas ha sido afectado otra vez por un huracán, ahora nombrado Harvey. Houston está bajo agua y las cosas podrían ponerse peor pues los pronósticos meteorológicos prevén lluvias hasta el viernes. No obstante, los sanduceros que viven en el área se encuentran bien, aunque bajo intenso estrés.
Las imágenes tanto en televisión como en Internet dan miedo. Si bien para los sanduceros ver calles y casas inundadas no es ninguna novedad, estamos hablando de la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos, por lo que la situación puede calificarse de catastrófica. Los sanduceros que residen en esa ciudad estadounidense y su área han sido afectados principalmente por las lluvias y vivieron momentos de tensión.
Texas, declarada zona de desastre por el presidente Donald Trump, no sabía de huracanes desde 2008. Harvey tocó tierra en Corpus Christi, pero la ciudad costera Rockport fue la más afectada, pues el huracán arrasó –la noche del pasado viernes y madrugada del sábado– casas y apartamentos, así como otros edificios. Muchas personas debieron ser rescatadas, mientras que otras dejaron sus hogares por medios propios.
Si bien Harvey se degradó a tormenta tropical con vientos de 110 kilómetros por hora, el asunto no ha acabado. Houston está bajo agua y podría estar peor si los pronósticos meteorológicos, que predicen lluvias hasta el próximo viernes, se cumplen.
SANDUCEROS AFECTADOS
Las lluvias torrenciales continúan en Houston y zonas aledañas, tanto es así que algunas personas no sacaron sus autos a la calle, sino sus botes y kayaks para moverse por los vecindarios. Las inundaciones ya son consideradas “catastróficas”. Los sanduceros Mauricio, Andrés y Sebastián Pagani residen junto a sus respectivas familias en diferentes zonas y aunque han sido afectados de diferentes maneras por el paso del huracán, todos están bien.
“La ciudad está bajo agua. Uno no cae en lo inmenso que es esto que estamos pasando. Todo lo que son ríos y lagos se están desbordando. El lago Woodland, cerca de donde vivo, se está desbordando pero una cancha de golf está absorbiendo gran cantidad de agua y eso evita que llegue a las casas”, relató a EL TELEGRAFO el fotógrafo Andrés Pagani.
La zona donde reside no ha sido tan afectada y aún se encuentran supermercados abiertos. Sin embargo, el pronóstico no es bueno. “Dos días lloviendo y Houston está bajo agua. Imaginate que pronostican lluvias hasta el viernes. No es que los vientos del huracán hayan afectado tanto, sino la lluvia que trajo. Todo está bajo agua. Hay zonas donde la gente no puede salir. Nosotros estamos en una zona alta, al norte de Houston”, sostuvo.
Debido a la advertencia del tornado, Andrés esperaba que le entregaran su cheque –pago semanal– el viernes. Pero no fue así, por lo que tuvo que salir el sábado a la mañana. “No sabía ni siquiera que estaba lloviendo. Cuando salí, llovía pero no me imaginaba que había llovido toda la noche. El auto subía las revoluciones y tenía miedo de que se me quedara en el medio de la tormenta, a las 8 de la mañana. Era tanta el agua que había en el freeway que los neumáticos no tenía agarre. Cuando le puse el control de tracción, se solucionó. Al volver, ya no se podía andar por debajo de los freeways. Aunque están muy bien diseñados, la naturaleza puede más que toda la infraestructura americana”, indicó.
ASUNTO ESTRESANTE
Virginia Elhordoy de Pagani y su familia viven entre Houston y Cypress, donde han sido afectados por los vientos y las intensas lluvias. “Ha sido estresante el asunto. Todo el día de ayer (sábado), en el área donde estamos –a seis minutos de mi casa– había tornados. Todo el día sonaron las alertas, y uno pegó cerquita de casa. Es grande el estrés, no me había preparado mucho y a último momento salí a comprar y no encontraba nada. Pero estamos bien, aunque no podemos salir de la casa. Hoy (domingo) hubo tres alertas”, señaló a EL TELEGRAFO.
“Estamos esperando porque dicen que se va poner peor. Pero todo Houston está completamente inundado. Uno de mis hijos se encuentra en la casa de un amigo. Y nosotros estamos en la casa con Sebastián y los dos nenes chicos, pero todos estamos bien. Hoy pude ir a la tienda y encontré lo que necesitaba”, comentó.
De trabajar ni hablan. “Hasta que todo esto pare, no estamos trabajando y no sabemos hasta cuándo las tiendas seguirán abiertas. En muchas casas no hay comida. No sabemos qué va a pasar. Además, hay peligro de inundaciones repentinas y también otras tormentas tropicales, por lo que no se puede salir. Pero nosotros tenemos comida, luz, agua y estamos listos, con mochila preparada y un plan para salir con los niños si es necesario. Aunque nunca se está realmente preparado para esto”, añadió.
Es la inundación más grande que ha visto en Houston desde que se mudó en 2002: “Lo que está pasando ahora es algo sin precedentes, peor que Katrina. Toda la ciudad está bajo agua. Hay 250 carreteras cerradas, y el gobernador habló y dijo que la situación será peor. Están sacando personas de arriba de los techos y los rescatistas no están llegando a algunas partes. Acaban de mandar 14 helicópteros y están pidiendo que quienes tienen canoas y botes salgan a rescatar gente. Además, mandaron 3.000 personas para ayudar, pero no dan abasto”.