Recuperación de precios en cultivos de invierno llevó a productores a sembrar sobre fin de zafra

 

La recuperación de precios que se ha visto para los cultivos de invierno en estas últimas semanas determinó que, sobre todo en los rastrojos de soja y que estaban en condiciones de permitir una siembra, los productores optaran por la siembra de algún área de cebada o trigo, aprovechando también que había algún lote de semilla.
De todos modos, señaló que se habrían cumplido las intenciones de siembra y no se cree que el área prevista haya aumentado. Es más, no hay datos oficiales que indiquen qué área se sembró este año, pero se estima que son unas 200.000 hectáreas.
El ingeniero agrónomo Luis Simeán, gerente de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran), señaló a EL TELEGRAFO que el mes de junio “permitió avanzar a buen ritmo con las siembras, luego del exceso hídrico de mayo, que fue determinante para que la zafra iniciara más tarde de lo previsto; pero julio ha sido todo lo contrario y está afectando a quienes tenían previsto ingresar a las chacras en estas jornadas”.
De acuerdo con datos registrados en la Estación de Meteorología de Paysandú, durante mayo llovió 174 mm, cuando el promedio para el quinto mes del año es de 77, imposibilitando la siembra de los cultivos. En junio apenas fueron 17 mm de los 70 mm que establece el promedio, lo que permitió avanzar en la siembra. En tanto, la inestabilidad que se verifica desde la semana anterior en la zona repercute en la dificultad para ingresar a las chacras.
Los últimos días antes de las lluvias fueron excelentes para sembrar. Las condiciones agronómicas fueron muy buenas porque la tierra estaba oreada y la temperatura era favorable. Si bien los productores aún están a tiempo de sembrar, se está llegando al final del momento óptimo, considerando que luego se sembrará soja, que es el principal negocio de los sistemas agrícolas.
Simeán explicó que en esta zona del litoral norte del país, especialmente en Paysandú y norte de Río Negro, “el área mayoritaria es de cebada, reduciéndose el cultivo de trigo por el bajo precio”.
Indicó que hasta fines de junio y primeros días de julio, “la fecha es óptima para la siembra de cebada, y los ciclos de los cultivos permiten que se siembre en el séptimo mes del año”. Recordó que en otros años, “mayo había permitido sembrar y tal vez en esta fecha teníamos la siembra terminada. Este año se da la particularidad que a principios de julio quedaba un área por sembrar”.
El profesional sanducero sostuvo que las variedades que se sembraron en estos días anteriores “son ciclos más cortos –tanto de cebada como trigo– y la apuesta es a que eso no interfiera con una buena fecha de siembra de los cultivos de verano, fundamentalmente la soja, que es el de mayor área en el país”.
Aseguró que el atraso de las siembras de invierno “condiciona la fecha de siembra de la soja de segunda y determina que los productores desistan de sembrar cuando ven que se les escapa la fecha de siembra”.
“Se hizo algo de puentes verdes, sobre todo en las chacras que estaban en peores condiciones y no admitían un cultivo de invierno, pensando en hacer una chacra de soja en fecha”, indicó Simeán.
MERCADO
En cuanto a la situación del mercado, se estima que quedan unas 400.000 toneladas de trigo de zafras anteriores y parte de eso irá a los molinos. Previendo una menor área del cultivo, algún molino que necesita trigo salió de forma más agresiva a comprar. Se realizan negocios puntuales, por volúmenes puntuales; el productor pretende precios firmes que no son validados por la demanda.
Uno de los factores que más influye en el mercado externo es que Argentina tiene mucho trigo y espera gran colocación en Brasil.
En los últimos días, el precio del trigo se tonificó ante los problemas climáticos en Estados Unidos, pero al mismo tiempo, sigue habiendo mucha oferta en el mundo. Generalmente Uruguay le vende trigo a Brasil, pero en los últimos años hubo mayor oferta en Argentina, unos 17 millones de toneladas, mientras que la cosecha uruguaya fue muy chica (unas 800.000 toneladas).
En el caso de la cebada, prácticamente todo lo que se produce en Uruguay va a las malterías, los últimos años fueron buenos para la producción, y no hubo saldos de mala calidad para vender el producto como forrajero.
Aunque los negocios de trigo están paralizados, se vende cebada, porque el producto está directamente relacionado con el precio del trigo diciembre en Chicago, que registró una fuerte suba en los últimos días.