Esto es por plata

Las actuaciones judiciales y parlamentarias sobre las anteriores gestiones ante el Fondo para el Desarrollo o Fondes no se detienen. En las últimas horas, fueron citados exjerarcas del gobierno de José Mujica, en calidad de indagados, a raíz de la denuncia presentada por los legisladores nacionalistas Rodrigo Goñi y Jaime Trobo, junto al exfrenteamplista Gonzalo Mujica.
Por esa razón, deberá concurrir el exsubsecretario del Ministerio de Economía, Pedro Buonomo, el exdirector de Industria, Sebastián Torres, el exdirector de la OPP, Gabriel Frugoni, el exvicecanciller, Roberto Conde, el exembajador de Uruguay en Venezuela, Jorge Mazzarovich, el diputado del MPP, Daniel Placeres, quien además es representante de la empresa Envidrio S.A., e Iván Vasilic, delegado de Urutransfor S.A. Los citados tienen que responder sobre las denuncias basadas en préstamos millonarios en dólares que –tras la comprobación de fracasos e irregularidades– no tenían sustento, pero se extendieron igual a iniciativas inviables. A esta lista se suma la vinculación con negocios con visos oscuros con el gobierno de Venezuela, en tanto las instancias parlamentarias de investigación fueron rechazadas en reiteradas ocasiones por el oficialismo.
Aunque las pautas de la globalización y el cambio en las políticas financieras de las multinacionales indicaban claramente que una textil local no sobreviviría en la ley de la selva con maquinaria desajustada a la tecnificación actual, o una línea aérea de proyección regional tendría vuelo muy corto, igualmente se cedió a la presión porque resultaba políticamente correcto el discurso de apoyo a los trabajadores que emprendían su sueño aún cuando las garantías resultaran insuficientes, no existiera un seguimiento de los proyectos y los criterios técnicos brillaran por su ausencia.
Y así surgieron Alas U, Envidrio, Urutransfor, Cooperativa Obreros Empalme Olmos, Pressur, Cotrapay y Funsacoop, algunas de las cuales se crearon para hacer negocios con Venezuela casi en exclusiva. También de esa manera se prestaron 69,2 millones de dólares hasta el 28 de febrero de 2015 –que no fueron reembolsados– a pesar de las condiciones desfavorables de retorno por la insostenibilidad económica y financiera de los emprendimientos. En todos los casos se aprobaron préstamos complementarios y refinanciación de créditos imposibles de enfrentar, ante la comprometida sustentabilidad de los proyectos.
Solo para recordar: a Funsacoop le prestaron U$S 3.546.500 en primera instancia y uno nuevo por U$S 2.500.000 en 2014; a Envidrio –otro emprendimiento que se mostró como “exitoso”– le dieron U$S 11.500.000, que no fueron restituidos y sucesivas ampliaciones. En mayo de 2014, a Alas U le extendieron un préstamo por U$S 15 millones, no pagó los vencimiento y hoy no existe. A Cotrapay le prestaron U$S 5,9 millones, solicitó refinanciación en mayo de 2014 por U$S 1.800.000 y en diciembre de aquel año fue aprobado. Textil Pressur recibió U$S 6 millones y desconoce si enfrentará una nueva negociación de plazos de pagos ante su gran endeudamiento, al tiempo que Empalme Olmos logró U$S 10.815.000, una ampliación del préstamo inicial de U$S 1.000.000 que fue otorgada y una refinanciación total de su deuda.
El Águila, que abrió luego del cierre de la curtiembre Kindale, obtuvo U$S 944.061 y fue suspendida por la Dirección Nacional de Medio Ambiente por verter efluentes contaminantes en el Santa Lucía; reabrió por corto tiempo y en diciembre, sus trabajadores cobraron por última vez un seguro de paro. La cooperativa de transporte UCOT recibió U$S 3.700.000 para comprar nuevas unidades, en tanto a la textil de Juan Lacaze, Puerto Sauce, le extendieron U$S 2.580.352 y constituye el único préstamo otorgado por las nuevas autoridades.
En su amplia mayoría son préstamos incobrables que se restaron de las arcas públicas, al tiempo que el expresidente y actual senador defiende la autogestión y lo hará “mientras viva”. Una cuestión que no está en discusión, si las propuestas se consideran bajo las mismas condiciones que otras pequeñas y medianas empresas que desean instalarse en el medio, pero deben cumplir con los requerimientos y garantías impuestas por los diversos organismos, sin contar con las fiscalizaciones que seguro arribarán a poco de instalarse.
Después vino Vázquez y mandó a parar: firmó un decreto que modificaba el esquema original, bajo otra figura jurídica, entre varias transformaciones y aunque cayera mal –porque estaba poniendo límites a la niña mimada de un intocable dentro de la fuerza política– resolvió que el Fondes otorgaría hasta un 10% de los activos administrados en el año. Es que ocho emprendimientos, de un total de 22 autogestionados, obtuvieron el 93% de los fondos, según reza en el informe de gestión del Fondes-Inacoop correspondiente a marzo 2015-mayo 2016, aunque la OPP alertaba de su endeble situación económica, y de los cuales Pressur, Cotrapay y Alas U, cerraron sus puertas al poco tiempo de recibir apoyo del Fondes. Por lo tanto, si había fracasado el desempeño capitalista de sus dueños anteriores, no había una razón fundamentada que indicara el éxito seguro en la autogestión de un emprendimiento solidario, porque más temprano que tarde se perderían los puestos de trabajo de igual manera y siempre movido por las leyes del mercado.
Con las transformaciones, llegaron las declaraciones y algunas se hicieron a micrófono abierto. Cuando Brecha consultó al presidente de Inacoop, Gustavo Bernini (exdiputado del Partido Socialista), sobre el nivel de morosidad, el jerarca explicó que “prácticamente no paga nadie” ni aseguraba que “en el corto plazo haya posibilidades de hacerlo”. Sin embargo, con la reestructura también llegaron las interrogantes porque el fondo debía tener recursos para funcionar como tal. A mediados del año pasado, las autoridades esperaban 30 millones de dólares, pero el Ejecutivo solo les dio un tercio y aunque la compra de Paylana es un dolor de cabeza menos para los referentes nacionales, la cifra manejada ni siquiera se acerca al desembolso inicial.
A pesar de las trayectorias efímeras de las empresas autogestionadas, algunos directivos se resisten a su comparación con el sistema financiero actual. Es que aún existen idílicos que no entendieron que “esto es por plata”, de lo contrario, nunca resistirán.