Datos positivos, pero muchas interrogantes

Los últimos datos sobre la evolución de la inflación en nuestro país resultan alentadores si se tiene en cuenta que por fin, y luego de muchos años, los guarismos en los últimos meses tienden a alinearse con el rango meta del Banco Central del Uruguay, del orden del 5 al 6 por ciento, lo que quiere decir que hay insumos que estabilizan al panorama de los precios internos y variables que han dejado de presionar al alza.
Este es un aporte positivo para el desenvolvimiento de la economía si se da sobre un acomodamiento real de la relación de precios de bienes y servicios con los ingresos, porque es evidente que son importantes el qué y también el cómo, incluyendo la demanda interna, las perspectivas del comercio exportador, la incorporación de valor agregado, el costo de la mano de obra, la existencia y costo del crédito interno, entre otros aspectos.
Para tener presente la valoración empresarial de este escenario, traemos a colación reflexiones del nuevo presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, Julio César Lestido, acerca de como su gremial percibe la situación, quien señala a El Observador que uno de los objetivos prioritarios que asume es mantener la esencia de la cámara con los estatutos que la han regulado en sus 150 años, que son el derecho a la propiedad privada y el concepto de la libertad “en el concepto más amplio de la palabra. También estar más cerca de la masa social y defender los intereses de la gremial como corresponde”.
Reafirma asimismo la voluntad de diálogo con el gobierno y reconoce que hasta ahora nunca se han cerrado las puertas para recorrer este camino, a la vez de señalar que hay objetivos compartidos, como la promoción de fuentes de trabajo, cada uno dentro de su ámbito de acción y competencias, a la vez de considerar que también es deseable un trabajo en común con la central sindical Pit Cnt, habida cuenta que también se comparten objetivos y realidades, por más que pueda creerse que siempre están en la vereda de enfrente del otro.
“Así como el Pit Cnt trabaja para fomentar la fuente laboral, no puede haber ninguna duda de que las empresas afiliadas a la cámara también hacen eso manteniendo una empresa sana, estable y que se pueda desarrollar. Si no hay empresa privada, no hay fuente de trabajo”, precisa.
Bueno, hasta acá difícilmente pueda haber visiones diferentes sobre como deberían ser las cosas, porque no puede dudarse, como ha indicado la experiencia durante siglos, que una economía crece a partir de la generación de riqueza mediante la conjunción de esfuerzos y equilibrio entre el capital y el trabajo, con el Estado como catalizador, y que cuando un sector pretende derrotar al otro simplemente se entra en un grado de distorsión que hasta quien se cree al principio beneficiario de la situación termina por ser arrastrado en el caos y pierde al poco tiempo lo que creyó haber ganado.
En el escenario actual de nuestro país, este dato positivo de una estabilidad relativa de precios debe evaluarse en un contexto que indica que en gran medida se ha establecido una estabilidad forzada por un dólar “planchado” desde hace bastante tiempo y generado una brecha que por un lado estimula el consumo porque atenúa el alza de precios, pero por otro perjudica a quienes se dedican al comercio exterior.
La distorsión por la necesidad de recursos del Estado se traduce en un déficit fiscal desmesurado y gasto estatal que no se ha acotado, al punto que un día sí y otro también se trata de obtener recursos adicionales mediante nuevos impuestos, suba de los existentes y medidas que permitan reducir la incidencia de sectores informales en la economía.
Lestido evalúa en torno a estos aspectos que según los asesores internos y externos de la cámara “lo que se está dando en estos momentos es un crecimiento económico variado; no es parejo. Hay algunos sectores que pautan un crecimiento a raíz del consumo interno que se está dando, pero hay otros sectores que se ven afectados por distintos motivos y se han visto obligados a reducir el personal. Estamos creciendo desparejo”.
Al ser consultado sobre qué consecuencias puede traer aparejado el aumento de la tasa consular en nuestro país, es decir el arancel a importaciones que ha decidido el Poder Ejecutivo, el dirigente empresarial considera que “estoy convencido de que eso se va a trasladar a los precios, más allá de que hasta los países vecinos han expresado que no es una buena medida. Vamos a defender nuestra posición en el Parlamento y las autoridades pero no solo para quejarnos. El tema es por qué se llega a esto. Evidentemente porque se necesita recaudar más. Estamos asfixiando y estrangulando a la que pueda generar recursos que, en definitiva, es la empresa. Hay sectores que ya no dan más”.
Trajo a colación Lestido que se plantea la legítima interrogante: “¿Recaudo más porque voy a seguir gastando más? Esto es como tener un balde con muchos agujeros al que le estoy echando agua. Para no perder agua, le echo más agua pero no tapé el fondo. ¿Estoy solucionando el problema? No. El problema es que en algún momento me voy a quedar sin agua. Creo que por acá no pasa la solución. Paremos acá, no sigamos gastando. Eso no es infinito. Hay sectores que no están caminando y no están siendo rentables. Después que no sean más rentables, ¿de dónde se va a ir a buscar?”
Comparó este escenario con la gestión de un emprendimiento que vende bienes y servicios en plaza: “Si estuviera en mi empresa, ¿cuál sería la solución? ¿Aumentar los precios porque tengo un gasto enorme? Si hago eso, va a llegar un momento donde no me van a comprar más porque voy a quedar fuera de mercado. Va a llegar un momento en que acá no va a quedar más gente para seguir sacándole plata. Si tengo un problema de déficit, lo que tengo que hacer es achicar y tratar de ser lo más eficiente posible. Cuando voy a mi casa y las cosas no están bien, les digo a mis hijos: ‘Muchachos se acabó esto, esto y esto. Hagamos una economía para apretarnos’. Si tuviera un déficit en mi empresa, ¿piensa que yo le pediría más plata a mi cliente y le cobraría más?”
Pues esta ecuación tan simple, de mera aplicación del sentido común y lógica, choca contra visiones ideológicas e intereses corporativos, provenientes de corporaciones de funcionarios del Estado y quienes integran un lobby político – sindical que siguen planteando dicotomías que no deberían existir, pero que sin embargo disfrazan sus reivindicaciones como si respondieran al interés general, cuando de lo que se trata es de obtener para sí más beneficios. No hay ninguna duda, –nadie que tenga más de dos dedos de frente puede tenerla– de que cuando se piden más salarios y recursos para sectores del Estado, inevitablemente éstos se sacarán a los actores privados, trabajadores, empresas, pasivos, que deberán poner más de su bolsillo para sostenerlo, por regla inevitable de la economía. Y cada vez que el Estado crea algún servicio nuevo a prestación, seguramente también demandará más empleo, por lo que de la plata que se gasta en el “beneficiado” mucho más es lo que va para pagar funcionarios, que deben administrar, controlar, establecer reglas, verificar que se cumplan, etcétera. Y todo eso, por más justo que sea el servicio que se le reclama al Estado, sale del bolsillo de todos los uruguayos, y de las empresas que se vuelven cada vez menos rentables.
La respuesta para sostener un esquema estable de precios y equilibrio es que el Estado demande menos recursos, y deje que el sector privado crezca como sostén de la economía que es.