“Presenciamos un invierno atípico con los campos, que presentan condición forrajera pocas veces vista”

“Presenciamos un invierno atípico porque estamos a fines de junio y prácticamente no se han registrado heladas, salvo algunas muy puntuales a mediados de mes, pero si uno ve los tapices naturales, están marcando que las bajas temperaturas no se han sentido”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Rómulo Cesar.
El técnico en Paysandú del Plan Agropecuario agregó que si a eso “le sumamos que los campos vienen con un acumulado de forraje muy importante, con datos que maneja el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira que establecen que desde enero a la fecha, los acumulados por encima del promedio superan largamente el 70 u 80 por ciento, creciendo el pasto por encima de lo que lo hace promedialmente”.
Esto configura un panorama para la ganadería “bien favorable”, porque el invierno se está acortando cuando estamos ingresando al mes de julio y en donde “los campos presentan una condición forrajera que no se da todos los años y, por consiguiente, el ganado está en muy buen estado”, precisó el técnico.
Subrayó que “hay pasto y todavía tiene buena calidad, lo cual es favorable. En los tapices en donde hay un importante aporte de especies invernales, eso se está complicando, en la medida que los pastos que vienen del verano y el otoño sigan teniendo un rol importante dentro de la conformación del tapiz”.
Destacó la interesante condición corporal de las haciendas, “con las recrías que marchan muy bien en este invierno benigno, con un escenario favorable para la ganadería, hablando de lo que acontece con las pasturas naturales”.
Respecto a la falta de heladas, entiende que “lo ideal sería que se verificaran ahora y no que vengan más entrada la primavera; ahí el perjuicio será mayor, también desde el punto de vista de la recuperación de los campos”.
“Y dejamos sin tocar la importancia que tiene la terminación del ciclo de enfermedades, como parásitos, que siempre es bienvenido en esta época del año con la baja de las temperaturas”, advirtió.
Salvo aquellos sistemas que han trabajado con una carga animal muy elevada, “hay un acumulado muy importante de pasto que traemos de las estaciones anteriores, lo que de por sí implica en el manejo de las pasturas, porque si uno quiere favorecer a la aparición de especies invernales, hay claramente un contrapeso con lo que viene de antes”.
CRECIMIENTO
Desde enero y hasta mayo, las tasas de crecimiento han sido mayores al promedio para todas las regiones agroecológicas del país. En el basalto, el crecimiento de pasto fue muy importante en verano y otoño (39% en enero, 17% en febrero, 24% en marzo y 5% en mayo).
Esto ha determinado que se pueda ingresar al invierno “con pasto”, en la mayoría de los casos con alturas mayores a 5 centímetros, situación que favorecerá seguramente el buen desempeño animal.
En aquellos casos en que se ha registrado exceso de pasto, con acumulación de forraje mayor a lo habitual, “las especies invernales pueden ver retrasado su crecimiento como consecuencia del sombreado. Esta situación se soluciona con el pastoreo, para lo que se necesitan subdivisiones que permitan manejar el pastoreo de tal forma que se ingrese al invierno con una escalera de pasto (potreros con diferente altura de pasto), con el objetivo de conciliar el hecho de tener calidad y cantidad”.
Para bajar la altura de pasto de potreros muy empastados, se recomienda utilizar vacas de cría en buena condición corporal o categorías adultas solteras, a las que se puede ofrecer suplementos que ayuden a mejorar la digestibilidad del pasto, como son los proteicos.
PASTURAS MEJORADAS
En el caso de los mejoramientos extensivos, el reciente informe de situación del Plan Agropecuario indica que “se han observado altos niveles de rebrote, fundamentalmente en aquellos tapices en que se ha logrado realizar un manejo tendiente a su promoción. Esto no ha sido posible en todos los casos, debido al exceso de forraje verificado en muchos predios, durante verano-otoño”.
En el caso de las praderas sembradas este otoño, en general han tenido una excelente implantación y buen crecimiento inicial. En el norte de la región, más precisamente en el departamento de Artigas, se ha visto una lenta implantación de las praderas en rastrojos de arroz debido a las condiciones desfavorables de luminosidad y alta humedad en el suelo, lo que provocó una disminución en la temperatura del suelo.
Las praderas de dos o más años, durante el otoño han aportado una alta cantidad de forraje, situación que se mantiene por estos días.
Las praderas con festuca, como parte de su composición o como única especie, se han destacado en este aspecto.
Al igual que las praderas, el aporte de los verdeos es muy bueno durante este otoño, especialmente los cultivos de raigrás, que presentan adaptación a situaciones de exceso de humedad.
Los cultivos de avena, contrariamente, si bien han comenzado a pastorearse aportando altas cantidades de forraje, muchas han presentado problemas sanitarios foliares, evidenciando la debilidad de esta especie en condiciones de alta humedad.
CURSO
En la víspera, en el predio de la Exposición Feria de Paysandú, finalizó un ciclo de cuatro jornadas llevadas adelante por el Plan Agropecuario y el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), con una evaluación “muy buena”, afirmó Cesar.
Resaltó el hecho de que quienes comenzaron el curso de suplementación en vacunos y ovinos –18 participantes– “lo han finalizado, lo cual es importante porque fueron cuatro jornadas completas con un requerimiento importante de horarios”.
Entre los hechos a destacar, mencionó el “intercambio con los participantes, con alto nivel de apreciaciones sobre los temas enfocados”.