Datos de 20.761 vientres pertenecientes a 16 rodeos establecen que tasa de preñez promedio es de 86,4%

La información de 16 rodeos por 20.671 vientres vacunos, realizados por el médico veterinario Guillermo De Nava en establecimientos ubicados en los departamentos de Artigas, Salto, Paysandú, Tacuarembó y Cerro Largo establece la tasa de preñez promedio en 86,4%.
Al analizar esos datos, el profesional señaló a EL TELEGRAFO: “tenemos la información de lo que está ocurriendo con las vaquillonas y las vacas con cría al pie”. En esos 16 rodeos, “no hay más ganado soltero que vaquillonas, o sea, no es que se entoren vacas falladas de entores anteriores. Y puntualizó que “el porcentaje de preñez promedio en vaquillonas es de 90%, y el porcentaje promedio en vacas es de 85,2%”.
Cuando se procesan los datos por el tipo del rodeo, “hay algunos en donde se le aplica lo que denominamos manejo reproductivo controlado, que permite contar con información de esos rodeos mejor manejados, en comparación con otros rodeos en donde el contacto con el profesional es mucho más puntual”.
Se refirió a lo que acontece en los diagnósticos, en la inseminación, “en donde no hay una hoja de ruta o un cronograma de trabajo anual que permita lograr datos de preñez satisfactorios en esos rodeos”.
De los 16 rodeos, en 10 de ellos De Nava trabaja aplicando el manejo reproductivo controlado. En total, el porcentaje de preñez promedio es de 93,2%, frente a los 6 rodeos en donde el contacto con el veterinario es más puntual y la tasa de preñez promedio es de 75,2%. Vemos 18 puntos porcentuales a favor de los rodeos en donde se aplica el manejo reproductivo controlado”, dijo.
El manejo reproductivo controlado consiste en la aplicación de tecnologías, entre las que se destaca el monitoreo del entore. El veterinario controla allí todos los procesos reproductivos: desde la concepción hasta la parición del ternero.
“Consiste en la evaluación vientre por vientre desde el segundo mes de entore para categorizar a esa vaca de acuerdo con su estatus fisiológico”, aclaró De Nava. “En ese momento, en un rodeo que aparentemente está entorado, nosotros tenemos en realidad vacas en distintos estatus fisiológicos. Hay algunas que ya están preñadas en los primeros días de gestación reproductiva, otras que no se les ve preñez visible, pero han ovulado y estuvieron con toros, animales que vemos que van a tener un muy buen porcentaje de preñez”, explicó.
Y finalmente se refirió a las vacas problemas, que son las que están en anestro “y que las discriminamos en dos categorías, vacas en anestro superficial y vacas en anestro profundo. En el caso de vacas en anestro superficial, lo que se hace es colocarle una tablilla al ternero y en con las que presentan anestro profundo hacemos destete precoz, porque necesitamos una medida más radical para que lleguen a preñarse”, dijo.
AÑO DIFÍCIL
Para De Nava, fue un año difícil. “A pesar de que llovió bien en enero y febrero, fue un año engañador, porque mucha gente pensaba que la situación venía muy bien, pero lo que nosotros encontramos –sobre todo en los departamentos de Artigas, Salto y Paysandú– son niveles de anestro realmente altos respecto a otros años.”
Sostuvo que “si no hacíamos algo, muchas vacas automáticamente fallarían y no habría tiempo para recuperarse de un parto que seguramente las agarró en una situación que no fue la mejor y una primavera tardía que tuvimos en el litoral”.
Explicó que en algunos rodeos “se encontraron buenos porcentajes de preñez, al recurrir en buena medida al destete precoz, porque se encontraron muchas vacas en anestro profundo”.
Un parámetro que para nosotros es importante son los kilos de ración de destete precoz que usamos en los predios, por cada preñez de vaca adulta que conseguimos. Esto nos permite ver qué tan cara fue la preñez”. Y precisó que han sido preñeces caras “porque tuvimos que recurrir en muchos casos al destete precoz, en comparación con otras situaciones, en donde prácticamente no tuvimos necesidad de recurrir a esa forma de destete”.
Otro parámetro promedio en los rodeos donde aplicamos manejo reproductivo controlado es que, hasta ahora, “tuvimos que gastar 22 kilos de ración, por cada preñez de vaca adulta que conseguimos.
VAQUILLONAS
Sobre la situación de las vaquillonas, el profesional indicó “hay ejemplares de sobreaño que necesitamos que lleguen en un alto porcentaje al comienzo de la próxima estación reproductiva ciclando, o sea que hayan ovulado y alcanzado la pubertad”.
“Vemos que esta categoría en algunos lugares está bien y en otros no lo está; es parte de nuestro trabajo que los productores entiendan la importancia de ver cómo están esas vaquillonas de sobreaño, porque se está definiendo el partido. El que realice las cosas más simples y haga hincapié en esta categoría, buscando que llegue ciclando en una alta proporción, definirá, en buena medida, toda la vida productiva de ese vientre”.
Si se logra que se preñe temprano en su primera estación reproductiva, “eso hará que sea consistente como un patrón de parición temprana a lo largo de toda su vida y tendrá mayores posibilidades de permanecer en el rodeo y destetar terneros más pesados, porque se van a preñar antes”.