La muerte del niño Felipe Romero, asesinado en Maldonado por el entrenador de fútbol infantil, Fernando Sierra, con quien mantenía un vínculo cercano, enlutó a todo el país. Y despertó viejas interrogantes.
“Estamos destruidos”, dijo el presidente de la Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI), Luis de Melo, a EL TELEGRAFO, quien anunció que este año se llevará adelante el proyecto presentado el pasado año para contar en todo el país con centros de capacitación y formación para los entrenadores.
“Esto que pasó no tiene nombre. Cuando elaboramos el proyecto, no lo hicimos pensando en estas cosas, porque en la cabeza de un ciudadano sano no puede cruzarse algo así”, dijo apesadumbrado.
A ver: nada tiene que ver el fútbol infantil con lo sucedido. Pero está encendida hace mucho tiempo la gran pregunta: ¿quién se hace cargo de los chicos?
De Melo confirmó que el objetivo “es crear un Instituto Nacional de Formación y Capacitación, cuyo proyecto presentamos el año pasado y hemos recorrido el país para dialogar con las intendencias, las Direcciones de Deportes, la Secretaría Nacional del Deporte, el Codicen y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) –que financiará el programa de capacitación–, porque queremos que esté en todo el territorio nacional”.
¿Qué rol cumplirá este instituto? No solo la formación del entrenador, en todo sentido, también servirá para realizar un seguimiento a su trabajo.
“Lo que sucedió ahora es inédito, gravísimo. Pero hay otros problemas que sí pasan a menudo, que son graves y hay que combatirlos. No alcanza con solo formar a un técnico o hacerle un test sicológico: tenemos que tener una estructura nacional que realice un seguimiento a quienes trabajan con niños”.
El presidente de ONFI fue claro: “Me escuchás en clases con atención, en el examen me escribís lo que quiero leer, pero el domingo hacés lo que querés: gritás, no juegan todos los niños, te ponés loco si no te sale el partido, o si gritan los padres, no los suspendés. Hasta que no cambiemos todo eso, no habremos cambiado nada”.
ONFI quiere pisar fuerte con este proyecto, y De Melo no duda en afirmar que “ayudará a mejorar el fútbol infantil, aunque, para otros, será un disparate porque creen que es fútbol de grande. Pero los padres tendrán que entender que si quieren gritar, tendrán que ir a otro lado. Y si los técnicos quieren ganar una Libertadores, que estudien más y se vayan a un cuadro de Primera División. Para los que queremos que el fútbol infantil sea una etapa sana en la vida del niño, es lo que tiene que pasar”.
El proyecto se transformará en realidad este año. Las intendencias apoyan haciéndose cargo de los equipos multidisciplinarios, y ya están firmados los convenios con Montevideo y Canelones; se espera el acuerdo con Flores, Cerro Largo y Treinta Tres.
“A Paysandú no lo tenemos confirmado, pero hemos tenido buena receptividad”, dijo De Melo. El dirigente asegura que “lo que vamos a hacer va a dar resultado. Vamos a arrancar este año aunque no las tenemos todas con nosotros. Quizás no comencemos en todo el país, pero esto les va a abrir la cabeza a muchos”.
