El miedo de los clubes a la pérdida de poder

MONTEVIDEO (Por Santiago Balbis, enviado especial). Eran las 19.26 del jueves cuando Wilmar Valdez, presidente de la AUF, hizo sonar la campañilla que lo acompaña en cada Asamblea, con el objetivo de iniciar la sesión que tendría como objeto votar el nuevo estatuto exigido y ya aprobado por FIFA.
La sorpresa fue enorme: directamente el estatuto no se puso a consideración. Ni se aprobó ni se rechazó. Sencillamente no fue tratado.
La cara de Valdez lo decía todo. Y las de los integrantes de la delegación de FIFA y la Conmebol no tenían nada que envidiarles. Es que estaba todo listo después de cinco años de trabajo, de idas y vueltas, de avances y retroceso. Se había llegado a un consenso, FIFA había dado el visto bueno al documento, pero insólitamente los clubes presentes en la Asamblea comenzaron a objetar artículos.
Insólito porque los propios clubes trabajaron en el documento. Porque varios de ellos solicitaron cambios en su momento, que fueron elevados a FIFA e incluso aprobados. Y porque el pasado mes la delegación de FIFA llegó a Montevideo con el objetivo de evacuar definitivamente las dudas, y asegurar que este era el estatuto que despertaba conformidad y que debía aprobarse.
En aquella ocasión el delegado de Nacional, Guillermo Pena, dijo: “Vamos a ser los primeros en votarlo por convicción y no por imposición”, haciendo referencia que el fútbol argentino estaba en lo mismo, pero con la soga al cuello.
Claro: pasó poco más de un mes. Y cuando estaba todo listo, repasado y súper revisado, aparecieron las dudas. Demasiadas teniendo en cuenta que los propios clubes tuvieron en todo momento el borrador del documento, hicieron planteos, sugirieron reformas, hasta llegar al definitivo y aprobado por FIFA.
Valdez hizo suya alguna sugerencia en cuanto a que se aprobara el estatuto en general, y luego se propusiera a FIFA alguna modificación. Algo similar a lo que pasó hace algunas semanas con la AFA. Pero no tuvo suerte.
“En virtud del proceso, de las decisiones, pensamos que había llegado el momento de la votación. Tenemos una realidad y es que FIFA, hace ya tiempo, observó nuestro estatuto; hizo una intimación”, tiró el presidente de la AUF ya teniendo en claro que el estatuto no se pondría a consideración, mientras recibía mociones de todo tipo y color.
Uno de los representantes de FIFA, Jair Bertoni, largó lo que tenía atragantado: “El proceso de consulta fue extenso, comenzó en 2013 y estuvimos aquí para evacuar las dudas”. Y pegó: “Este es el estatuto que consideramos y es el mejor que puede llevar los principios de la FIFA. Vamos a tomar las modificaciones y las analizaremos una a una de acuerdo al modelo. Pero para nosotros es claro que este estatuto es el que mejor se adecuará al fútbol uruguayo”.
El mayor temor de los clubes está claro: la pérdida de poder. Y quedó explicitado. Ni siquiera tuvo que leerse entre líneas.